La historia universal la escriben las mujeres y hombres queen el transcurrir de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado quela civilización, de un modo u otro,prospere.
Ya sea inspirando a más seres humanos o siendo parte de la actuación. Ana María Matute es uno de esos seres humanos cuya vida, en efecto, merece nuestro interés por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la vida de Ana María Matute es conocer más acerca de periodo preciso de la historia de la humanidad.
Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la relevancia que tuvo Ana María Matute en la historia. La forma en que vivió y aquello que hizo en el tiempo en que estuvo en el mundo fue determinante no sólo para quienes frecuentaron a Ana María Matute, sino que a lo mejor produjo una huella mucho más vasta de lo que logremosfigurar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Ana María Matute en persona.Ana María Matute ha sido uno de esos seres humanos que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
(Barcelona, 1925-2014) Escritora de españa. Novelista señalada de la llamada generación de los "pequeños sorprendidos", su obra detalla el ámbito de la posguerra civil. Ana María Matute se dio a saber en la escena literaria de españa con Los Abel (1948), una novela inspirada en la historia bíblica de los hijos de Adán y Eva, en la que reflejó la atmósfera de españa en el instante posterior a la contienda civil desde la perspectiva de la percepción infantil. Este enfoque se sostuvo incesante durante su primera producción novelística y fue común a otros representantes de su generación.
Las novelas de Ana María Matute no están exentas de deber popular, más allá de que es verdad que no se adscriben explícitamente a ninguna ideología política. Partiendo de la visión verdadera dominante en la literatura de su tiempo, logró desarrollar un estilo personal que se adentró en lo imaginativo y configuró un planeta lírico y sensorial, sensible y especial. Su obra resulta de esta manera ser una extraña combinación de demanda popular y de mensaje poético, ambientada con cierta frecuencia en el cosmos de la niñez y la adolescencia de la España de la posguerra.
Ana María Matute fue premiada con el premio Café Gijón por Fiesta al nordoeste (1953) y con el premio Planeta por Pequeño teatro (1954), novela a la que prosiguió En esta tierra (1955). También recibió el premio de la Crítica y el Nacional de Literatura por Los hijos fallecidos (1958). Más tarde escribió la trilogía Los mercaderes, dentro por Primera memoria (1959), Los soldados lloran a la noche (1964) y La trampa (1969), que tuvieron un enorme éxito. La torre vigía (1971) es la narración de un joven que debe iniciarse en las artes de la caballería; si bien prosigue la línea de las precedentes, se da en ella un cambio histórico de ambientación hacia el periodo medieval, aspecto que se extendió en las proyectos de su madurez, publicadas tras un dilatado periodo de silencio literario.
De esta manera, su novela Olvidado rey Gudú (1997) expone una amplia y complicada trama de hechos centrados en las discusiones mantenidas en el lapso de la décima centuria por el rey de Olar, Volodioso, y sus contrincantes, el barón Ansélico y la hija de este, Ardid. Asimismo, su novela Avanmarot (1999) tiene como ámbito la temporada medieval.
Matute cultivó además de esto la narración corta, reuniendo sus cuentos en volúmenes como El tiempo (1956), Historias de la Artáila (1961), Algunos tipos (1968) y La virgen de Antioquía y otros cuentos (1990). Son visibles sus 2 libros autobiográficos A medio sendero (1961) y El río (1963), en los que evoca sus vivencias de la niñez en el ámbito rural y bucólico de Mansilla de la Sierra.
Leal a su fascinación por el planeta de la niñez, escribió asimismo cuentos para pequeños, recogidos en su mayor parte en Los pequeños tontos (1956), Caballito orate (1982), Tres y un sueño (1961), Sólo un pie descalzo (1983) y Paulina (1984). Formó una parte de la Real Academia Española desde 1996. En 2007 consiguió el Premio Nacional de las Letras Españolas; era la tercera mujer que recibía el galardón (Rosa Chacel lo consiguió en 1987 y Carmen Martín Gaite en 1995). En 2010 vio conocida su trayectoria con la concesión del Premio Cervantes.
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Debido a esto, si eres de esas personas que creen en que colaborando existen posibilidades de crear algo mejor, y conservas información acerca de la existencia de Ana María Matute, o con respecto a algún detalle de su personalidad u creación que no se contemple en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.
Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son siempre determinantes, ya que destacan la singularidad, y en el tema de la vida de una persona como Ana María Matute, que tuvo su significación en un momento histórico concreto, es indispensable intentar brindar una visión de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
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