La historia universal está contada por aquellos hombres y mujeres queen el transcurrir de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han hecho quela sociedad, de un modo u otro,prospere.
Ya sea inspirando a más seres humanos o formando parte de la acción. Américo Vespucio es uno de esos seres humanos cuya vida, en efecto, merece nuestra atención por el grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Américo Vespucio es conocer más sobre una época concreta de la historia del ser humano.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la importancia que atesoró Américo Vespucio en la historia. La forma en que vivió y las cosas que hizo durante el tiempo que permaneció en este mundo fue determinante no sólo para aquellas personas que frecuentaron a Américo Vespucio, sino que posiblemente dejó una señal mucho más insondable de lo que logremosimaginar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Américo Vespucio de forma personal.Américo Vespucio ha sido una de esas personas que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Américo Vespucio, atraen nuestro interés, deben servirnos siempre como referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Américo Vespucio, porqué Américo Vespucio vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma inevitable, la historia.
(Amerigo Vespucci; Florencia, 1454 - Sevilla, 1512) Navegante italiano cuyo nombre produciría la denominación del conjunto de naciones americano. Como es conocido, Cristóbal Colón murió pensando que había llegado a las Indias, sin dudar que aquellas islas de las que había tomado posesión representando a la Corona de Castilla pertenecían a un nuevo conjunto de naciones. Un amigo de el, Américo Vespucio, fue el responsable de decir a la vieja Europa que las tierras halladas por Colón no eran las asiáticas, sino formaban una parte de una "cuarta pars" de todo el mundo a la que daría su nombre de forma involuntaria. Este hombre, insignificante en frente de la enorme figura de Colón, asimismo murió sin entender los efectos de su revolucionaria novedad: la póstuma gloria, derivada de ese bautismo casual, para él y para su estirpe.
Amerigo Vespucci era un florentino que había llegado a España como usado de comercio antes de la primera salida de Colón. La casa bancaria de los Médicis lo envió a Castilla para una misión mercantil por cuenta de un tal Beraldi, y el italiano se acomodó en las cercanías de la corte estableciendo contactos y proyectando negocios con ciertos relevantes señores. Cuando el 15 de marzo de 1493 regresó Cristóbal Colón de su primera singladura y charló de las inmensas riquezas encontradas, las viviendas comerciales de Génova y Venecia comenzaron a elucubrar con la oportunidad de abrir novedosas sendas para el transporte de las condimentas, producto codiciadísimo en aquella temporada. También los Médicis trataron de informarse con vistas a orientar sus futuros negocios, y probablemente las primeras novedades de la hazaña de Colón llegaron a ellos mediante las cartas, aproximadamente exactas, de Vespucio.
La inmediata muerte de Beraldi, no obstante, dejó a Américo sin patrón y sin medios de vida. Así nació su propósito de arrancar él mismo viaje a las Indias, lo que logró en 1497 y después en el mes de mayo de 1499. En esta segunda expedición, apuntada por Alonso de Ojeda, prosiguió la ruta del tercer viaje de Colón: el 4 de mayo de 1499, las naves zarparon del Puerto de Santa María y, tras veinticinco días de navegación, llegaron a la desembocadura del Orinoco, ahora descubierta por Colón, y también empezaron el paseo de la costa en dirección norte.
Las especificaciones geográficas de la costa baja y también inundable, tal como los accidentes anteriores a la entrada al lago Maracaibo, recordaron Venecia a Américo Vespucio y, por este motivo, llamó a aquellas tierras Venezuela o pequeña Venecia. La expedición de Ojeda siguió su exploración hasta lograr el cabo de Vela, en la presente Colombia, y los cartógrafos fijaron por vez primera una parte del contorno de las tierras descubiertas.
A su regreso, Vespucio continuó con su tarea informativa para los Médicis y, según lo que parece, se dispuso a arrancar nuevos viajes. Aunque la vericidad de sus siguientes expediciones fué puesta en duda por varios historiadores, exactamente el mismo Vespucio da cuenta en sus cartas de 2 mucho más. En el tercer viaje, al servicio del rey de Portugal, afirma haber costeado Brasil y regresado a Lisboa en el mes de julio de 1502; y en el cuarto, asimismo por cuenta portuguesa, debió recorrer nuevamente las costas brasileiras a fines de 1503, ratificando sus supones de que aquel conjunto de naciones no era Asia. Lo es cierto que en 1504 se publicó en Augsburgo el opúsculo Mundus Novus (Nuevo Mundo), donde se reproducía una carta de Vespucio a Lorenzo de Médicis donde relataba sus viajes, y por año siguiente se imprimía su segunda obra, Lettera di Amerigo Vespucci delle isole nuovamente ritrovate in quattro suoi viaggi, donde expresaba su convencimiento de que entre Europa y Asia existían novedosas tierras.
Tan poco comúnes revelaciones fascinaron al cosmógrafo alemán Martin Waldseemüller, quien decidió modificar en 1507 las cartas de Vespucio al lado de su Cosmographiae Introductio. En este trabajo incluía los retratos de Ptolomeo y Vespucio, y en su prefacio escribió: "En este momento que esas unas partes del planeta fueron extensamente examinadas y otra cuarta parte fué descubierta por Américo Vespucio, no veo razón a fin de que no la llamemos América, o sea, tierra de Américo, su explorador, tal como Europa, África y Asia han recibido nombres de mujeres."
El nombre de América comenzó a propagarse y a inundarlo todo. Poco antes, en 1505, Amerigo Vespucci se había transformado en Américo Vespucio al serle concedida la naturalización en los reinos de Castilla y León. Su popularidad como marino y mercader había crecido sensiblemente, hasta el punto de llevarle a formar parte en la Junta de Burgos a la vera de marinos, descubridores y cartógrafos tan consagrados como Vicente Yáñez Pinzón, Juan Díaz de Solís y Juan de la Cosa en 1507, y a ser nombrado conduzco mayor de la Casa de Contratación por año siguiente.
A su muerte, acontecida en 1512, el Nuevo Mundo se había transformado terminantemente en América. Pasados ciertos años, Waldseemüller tuvo novedades del verdadero investigador del cuarto conjunto de naciones y deseó enmendar su yerro en una edición nueva de su obra que vio la luz en 1516. Era bastante tarde: había pasado prácticamente una cuarta parte de siglo desde el hallazgo de América, el ritmo de las exploraciones era frenético y absolutamente nadie le escuchó. Sólo un trozo de tierra de america adoptó el apellido del almirante vanguardista: Colombia. A principios del siglo XIX, Simón Bolívar soñó con un extendido país llamado Gran Colombia y también procuró ineficazmente dar la vida a su sueño. Hubiera sido una mediana compensación para el hombre que protagonizó la mucho más deslumbrante epopeya de la Era Moderna, pero el destino tampoco la dejó.
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Sin duda descubrir en lo más recóndito a Américo Vespucio es algo que se reserva a muy pocas personas, y que tratar de reconstruir quién fue y cómo fue la vida de Américo Vespucio es una suerte de enigmaque posiblemente logremos rehacer si contribuimos todos juntos.
Por ese motivo, si eres de aquellos que confían en que cooperando es posible hacer algo mejor, y conservas información sobre la biografía de Américo Vespucio, o en relación con algún peculiaridad de su persona u creación que no hayamos observado en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.
Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son siempre esenciales, ya que marcan la diferencia, y en el tema de la vida de alguien como Américo Vespucio, que poseyó su importancia en un momento histórico concreto, es indispensable intentar ofrecer un panorama de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
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