Las biografías y las vidas de personas que, como Álvaro Yunque, cautivan nuestro interés, tienen que servirnos en todo momento como referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Álvaro Yunque, el motivo por el cual Álvaro Yunque vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos ayudará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma implacable, la historia.
Vida y Biografía de Álvaro Yunque
(La Plata, 1889 - Tandil, 1982) Escritor argentino. Aunque su auténtico nombre era el de Arístides Gandolfi Herrero, firmó sus proyectos con el seudónimo literario de Álvaro Yunque, con el que fue popular dentro y fuera de su país natal. Humanista fecundo y polifacético, se considera como entre las voces mucho más importantes de la intelectualidad progresista argentina del siglo XX.
Nativo de el seno de una familia acomodada -era hijo del milanés Adán Gandolfi y de la ciudadana argentina Angelina Herrero Palacios, nieta de un coronel rosista-, fue el mayor de ocho hermanos. En 1896, en el momento en que el pequeño Arístides contaba siete años de edad, la familia Gandolfi-Herrero se afincó en Buenos Aires. En 1901 ingresó en el Colegio Nacional Central y siete años después Arístides Gandolfi Herrero se inscribió en la Universidad de Ciencias Exactas y Naturales de Buenos Aires para cursar estudios superiores de Arquitectura. Pero en 1913, en el momento en que se encontraba a puntito de licenciarse como arquitecto, abandonó sus estudios de arquitectura para consagrarse de lleno al periodismo y al cultivo de la creación literaria.
Desde inicios de la década de los años veinte, Arístides Gandolfi ejercitó como entre los mucho más escandalosos animadores de la vida cultural bonaerense. Adscrito primero a la llamada "Generación del 22", pasó entonces a transformarse en entre las figuras centrales del "Conjunto Boedo", un colectivo de escritores que, desde los planteamientos estéticos del realismo y la ideología izquierdista, propugnaba que el arte tenía que cumplir una función popular, en oposición a los postulados de otros conjuntos argentinos contemporáneos. Como Álvaro Yunque propagó sus primeros poemas y cuentos por medio de la editorial de la gaceta Claridad. Simultáneamente, participaba de una forma activo en el periodismo progresista, con usuales y polémicas colaboraciones en los primordiales rotativos y gacetas de la izquierda argentina.
Hacia 1940, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, empezó a interesarse vivamente por el pasado histórico argentino, mientras que hacía pública su activa militancia antifascista. La dirección del rotativo El Patriota le condujo a la prisión y al destierro, con lo que convivió en Montevideo con varios asilados argentinos.
Entre 1961 y 1975, Álvaro Yunque continuó escribiendo nuevos poemarios, cuentos y estudios históricos que, publicados al lado de otras reediciones de sus proyectos precedentes, le transformaron en entre los autores mucho más fecundos de la Literatura argentina. Pero sus situaciones políticas y su reivindicaciones sociales no eran del gusto de los líderes de la dictadura militar implantada en Argentina en la década de los setenta, con lo que en 1977 sus novedosas proyectos fueron censuradas y se prohibió la difusión de sus viejos escritos, varios de los que fueron echados a la hoguera. Discretamente recluido en la localidad de Tandil, murió a principios de 1982, aún en pleno periodo dictatorial, en el momento en que contaba noventa y un par de años de edad.
En líneas en general, la producción literaria, ensayística y periodística de Álvaro Yunque una parte de una concepción maniquea de la sociedad moderna, donde la convivencia entre 2 enormes conjuntos humanos -el de los explotadores y el de los explotados- acentúa las injusticias y rompe la armonía, la paz y la igualdad a las que aspira el creador. Los enfrentamientos sociales y culturales que Yunque conoció durante toda su historia, enmarcados en un instante histórico en el que brotaron en Argentina el populismo de izquierdas y la conciencia progresista, le llevaron en ocasiones a facilitar en radical la problemática de la pelea de clases.
En esa predilección por la temática urbana, la prosa de ficción de Álvaro Yunque se adentra en los terrenos escurridizos del suburbio para poner de manifiesto la crueldad, la injusticia y la desigualdad a las que se ven sometidos los pertenecientes mucho más bajos del escalafón popular; entre ellos, las víctimas mucho más inocentes -y las que padecen en mayor nivel los efectos de los explotadores- son los chicos de vecindario, esos pequeños de la calle que se transforman en personajes principales de unas historias en las que el grito airado de queja se funde con la mirada caritativa y clemente del creador platense.
Pese al éxito alcanzado con sus cuentos en prosa, Álvaro Yunque siempre y en todo momento antepuso su condición de poeta a la de narrador, y prefirió que le recordasen por sus versos antes que por sus cuentos, sus ensayos, sus productos periodísticos o sus piezas teatrales. En la vasta producción poética del escritor platense se puede ver un hilo conductor que, enraizado en su condición de poeta del pueblo, recorre los registros informales del charla argentina para transformar en lenguaje poético los giros populares de su tierra. El tema de la condición humana, tan que se encuentra en el resto de la producción literaria de Álvaro Yunque, cobra en su acento lírico un singular importancia.
En relación a su producción teatral, nuestro Yunque clasificó sus proyectos en los próximos apartados temáticos: teatro para la imaginación, para la revolución, para sonreír y meditar, a fin de que el espectador se reconozca, para la emoción, y para reírse de uno mismo. De esta tipología se infiere que el escritor platense cultivó prácticamente todos los géneros teatrales populares, desde la patraña hasta el drama, pasando por el teatro del absurdo, la comedia y el teatro infantil y juvenil; además de esto, varios de sus cuentos fueron dramatizados y puestos en escena por la parte de varios de los conjuntos independientes con los que Yunque sostuvo una provechosa relación.
En su faceta de ensayista, Álvaro Yunque asimismo mostró la extensa pluralidad de sus entendimientos y también inquietudes, a través de varios volúmenes que engloban temas y materias tan distintos como la pedagogía, la crónica de la literatura argentina, la demanda político-popular, etcétera. Capítulo aparte meritan sus estudios históricos, iniciados en el momento en que se encontraba ahora cercano a cumplir el medio siglo de vida, y concebidos como un intento riguroso y estricto de interpretar la crónica de su nación por medio de un prisma sociológico.
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Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son en todos los casos esenciales, ya que perfilan la diversidad, y en la ocasión de la vida de un ser como Álvaro Yunque, que detentó su significación en una época concreta, es indispensable procurar brindar una visión de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
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