Álvaro Uribe

La historia universal está escrita por aquellas personas queen el paso de los años, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado queel género humano, de un modo u otro,avance.

Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la relevancia que tuvo Álvaro Uribe en la historia. Cómo vivió y lo que hizo mientras permaneció en este mundo fue determinante no sólo para las personas que conocieron a Álvaro Uribe, sino que quizá legó una señal mucho más honda de lo que podamosimaginar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Álvaro Uribe personalmente.Álvaro Uribe ha sido una persona que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Apreciar lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Álvaro Uribe, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa básica para que podamos valorar no sólo la vida de Álvaro Uribe, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Álvaro Uribe, personas a quienes de de una u otra forma Álvaro Uribe influyó, y ciertamente, conocer y descifrar cómo fue vivir en la época y la sociedad en la que vivió Álvaro Uribe.

Las biografías y las vidas de personas que, como Álvaro Uribe, atraen nuestro interés, deben servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Álvaro Uribe, el motivo por qué Álvaro Uribe vivió como lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de Álvaro Uribe

(Medellín, 1952) Abogado y político colombiano, presidente de Colombia entre 2002 y 2010. Álvaro Uribe Vélez nació en Medellín, Antioquia, el 4 de julio de 1952, hijo del hacendado Alberto Uribe y de Laura Vélez, de una familia de abolengo liberal.

Estudió el bachillerato en institutos religiosos y en 1977 se licenció en derecho y ciencias políticas por la Universidad de Antioquia, en Medellín, donde comenzó su trayectoria política en las Juventudes del Partido Liberal (versión colombiana de la socialdemocracia). Amplió su capacitación en la Universidad estadounidense de Harvard.

Funcionario público, ocupó distintos cargos en su provincia y fue secretario del Ministerio de Trabajo en 1977, con el presidente Alfonso López Michelsen, y directivo del Departamento de Aeronáutica Civil (1980-1982) bajo el presidente Julio César Turbay Ayala.

De esa época datan las supones que enturbian su pasado. Según una biografía crítica (El señor de las sombras, publicada en 2002) redactada por el periodista Joseph Contreras, de la gaceta estadounidense Newsweek, concedió licencias de vuelo hacia ciertos pilotos que eran traficantes de drogas (cártel de Medellín), acusaciones repetidamente negadas pero en las que insistieron 2 cronistas colombianos, Fernando Garavito y Fabio Castillo, en una inquietante investigación obtenida en el libro Los jinetes de la cocaína.

A esas acusaciones contribuyó la amistad de su padre con los capos Fabio Ochoa y Pablo Escobar; este último logró fortuna y ganó notoriedad como jefe de entre los poderosos cárteles de la sustancia. Alberto Uribe fue ejecutado por los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 1983, en su finca de Guacharacas, en el momento en que presuntamente se resistió a ser secuestrado. En 1991, un informe del Departamento de Estado estadounidense presentó a Álvaro Uribe como “ajustado amigo personal de Pablo Escobar” y vinculó el homicidio de su padre con sus complicadas relaciones con el narcotráfico. La muerte de su padre cambió radicalmente sus proyectos: vendió sus características agrarias para ocuparse a la política.

Escogido alcalde de Medellín en 1982, concejal en 1984 y 1988, ejercitó como senador de 1986 a 1994 y fue representante del campo del partido mucho más inclinado al empleo de la fuerza para terminar con la guerrilla endémica. Como gobernador de Antioquia (1995-1997), propugnó la participación y la transparencia en su administración, pero de esos años datan sus contactos con los elementos paramilitares que combatían a la insurgencia en las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Con su emprendimiento de “Estado comunitario”, defendió un plan de rearme y también implicación de los civiles en la pelea antisubversiva.

Merced a la colaboración ciudadana, los raptos se redujeron un 60% y las vías que comunican Antioquia con Bogotá fueron transitables. No ha podido eludir, no obstante, las acusaciones de fomentar o beneficiar a las asociaciones privadas de seguridad, agrupadas en el software Convivir, que cometieron incontables violaciones de los derechos humanos antes de ser proscritas.

Al expirar su orden, se retiró provisionalmente de la política, coincidiendo con la llegada a la presidencia del conservador Andrés Pastrana, y consiguió una beca Simón Bolívar, del British Council, para moverse a la Universidad de Oxford, donde fue instructor asociado del Saint Anthony’s College entre 1998 y 2000.

Regresó a la arena política para sumarse a la campaña del candidato del Partido Liberal, Horacio Serpa Uribe, que había sido ministro del Interior, pero del que disintió en lo que se refiere a la estrategia antiguerrillera, con lo que rompió la especialidad partidaria y presentó su candidatura a las selecciones como sin dependencia, en un tiempo de exacerbada crueldad tras el fracaso del desarrollo de paz negociado por Pastrana con las FARC.

A lo largo de 2001, con un lenguaje enérgico y claro, denunciando las concesiones y asegurando una pelea insuperable contra el terror, su emprendimiento de “seguridad democrática” y resistencia civil se impuso frente a una ciudadanía aburrida de percibir pronósticos irreales sobre la paz a lo largo de 40 años.

Su creciente popularidad se cuajó en el descrédito de todos y cada uno de los intentos de una solución política o negociada del enfrentamiento y del dualismo clásico y oligárquico de liberales y conservadores. Uribe se forjó una imagen de honradez y solidez, insistiendo en la necesidad de establecer nuevamente la autoridad del Estado, y se alejó de los otros aspirantes al declarar que no se opondría a la llegada de tropas extranjeras para batallar el narcotráfico, como corolario del plan multimillonario acordado entre los presidentes Pastrana y Bill Clinton para la destrucción de los cultivos de coca.

A lo largo de la campaña electoral Uribe fue objeto de cuando menos quince intentos de asesinato, presumiblemente por la parte de las FARC, el último y mucho más increíble el 13 de abril de 2002, en el momento en que un autobús bomba logró explosión al paso de su vehículo blindado, en una calle de Barranquilla. Resultó ileso, pero en el atentado fallecieron 2 personas y 22 resultaron lesiones.

El 26 de mayo de 2002 Álvaro Uribe se transformó en el primer candidato presidencial que consiguió la victoria en la primera vuelta, con el 52,8% de los votos, venciendo al asimismo liberal Horacio Serpa (31,8%) y al izquierdista Luis Eduardo Garzón (6,2%). Su triunfo se vio empañado por una abstención del 51%.

Presidente de Colombia

El mismo día de su toma de posesión (7 agosto), las FARC lanzaron 14 obuses contra la Cámara de los Representantes, donde se festejaba la investidura, ocasionando 19 fallecidos y cien heridos en el vecino vecindario marginal de El Cartucho.

Frente a la ofensiva guerrillera, el presidente dictaminó el estado de salvedad, solicitó la mediación de la ONU y creó un nuevo impuesto sobre el patrimonio para financiar el incremento de los efectivos del ejército y la policía. Llegó a un convenio con las AUC, cuyo jefe, Carlos Castaño, aceptó una tregua indefinida y la desmovilización condicionada de diez.000 hombres, consecutivas por la distribución de las armas de los 1.500 integrantes del Bloque Catacumbo, de Salvatore Mancuso.

Washington apoyó la ofensiva contraguerrillera, la detención masiva de rebeldes y la ampliación de los poderes militares. Uribe se transformó en el mucho más fuerte aliado del presidente George W. Bush en América Latina y recibió una desprendida asistencia económica del Congreso estadounidense, más allá de su negativa a extraditar a los paramilitares. Logró una radical reducción de los ataques, raptos y homicidos. Todos los reportes de 2004 reafirmaron el retroceso visible de la guerrilla y la disminución de los crímenes, si bien la oposición criticó el poder de los paramilitares y el déficit que producía el creciente gasto militar.

Por idea habitual, la Cámara de los Representantes aprobó (1 de diciembre de 2004) una reforma de la Constitución por la que acreditó “la reelección presidencial instantánea”, para que Uribe pudiese presentarse a las selecciones de 2006 y conseguir otro orden de 4 años. La medida se adoptó por 112 votos a favor y 34 en contra, señalando que el presidente en ejercicio solo va a poder ser reelegido una vez. La Constitución había abolido la reelección instantánea en 1991.

El secuestro en Venezuela y su traslado a Colombia de un jefe de las FARC (13 de diciembre de 2004) por la parte de supuestos policías colombianos provocó una grave crisis entre los dos países, y el presidente venezolano, Hugo Chávez, decidió suspender relaciones comerciales con Colombia (14 de enero de 2005). Bogotá acusaba a Caracas de indolencia en la pelea contra el terrorismo en el momento en que no de cooperación con las FARC.

El enfrentamiento, el mayor surgido entre los 2 países desde 1987, tocó a su fin el 28 de enero con un aviso oficial de los propios Gobiernos, y se superó terminantemente el 29 de marzo de 2005, en Ciudad Guayana (Venezuela), en el momento en que Uribe y sus análogos venezolano, brasileiro (Luiz Inácio Lula da Silva) y español (José Luis Rodríguez Zapatero) sellaron una declaración en pos del multilateralismo y de la utilización de la ley en la pelea contra el apetito y el terrorismo.

En el ámbito económico logró significativos éxitos, más que nada en los primeros años de su administración. Tras la reforma legal que deja la reelección presidencial, Uribe fue de nuevo escogido presidente de la República en los comicios de mayo de 2006, en los que consiguió el 62% de los votos.

Entre los temas mucho más problemáticos a los que debió confrontar en su segundo orden resalta el de las negociaciones con la guerrilla para conseguir apaciguar la crueldad en el país. A mediados de 2007 el gobierno ordenó la liberación de 177 guerrilleros, entre los que se encontraba Rodrigo Granda, uno de los más importantes líderes de las FARC.

En enero de 2008, tras complicadas gestiones que contaron con la participación de representantes de múltiples países y en las que ofició de intermediario el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, las FARC dejaron en independencia a Consuelo Rodríguez y Clara Rojas, 2 rehenes que habían continuado seis años secuestradas en la selva. En julio del mismo año, la ex- aspirante a la presidencia Ingrid Betancourt, adjuntado con tres estadounidenses y once soldados, fue salvada de un cautiverio afín a través de un operativo militar de infiltración. El éxito conseguido en las dos acciones sembró la promesa en relación a un desarrollo que deje ofrecer nuevos signos de paz en territorio colombiano.

A lo largo de la primera mitad de 2009 se estropearon las relaciones del gobierno colombiano con su homólogo de Venezuela. Ya antes que Chávez mediara por la liberación de Rodríguez y Rojas, los gobernantes de los dos países venían protagonizando combates que tenían como fondo las disconformidades respecto a la injerencia del gobierno estadounidense en el combate contra el narcotráfico y la guerrilla en territorio colombiano. En julio de ese año se realizó pública la intención de Uribe de firmar un convenio militar con Estados Unidos, que habilitaría la existencia de tropas estadounidenses en siete bases colombianas.

Dicho aviso tensó aún mucho más las relaciones entre los 2 presidentes, aparte de producir una enorme incomodidad en la extensa mayoría de los gobiernos integrantes de la Unión de Naciones de América del Sur (UNASUR), al considerarse que la zona quedaría expuesta a una potencial injerencia militar estadounidense, violatoria de la soberanía de los estados del subcontinente. Los proyectos de Uribe se propagaron en el momento en que el gobernante gozaba de una elevada aceptación entre la ciudadanía colombiana y poco antes que el Senado de Colombia aprobase (septiembre) la llamada conciliación del referéndum, ley para someter a solicitud habitual la reforma constitucional que dejaría Uribe presentarse como candidato a un tercer orden.

Antes de su determinante aprobación y según establece le legislación colombiana, esta ley había de ser doblegada a la cuenta de la Corte Constitucional, que emitió un fallo negativo (febrero de 2010), por estimar el prominente tribunal que el artículo presentaba distintos defectos de manera (entre otros muchos, el de haber sobrepasado el máximo legal de financiación para la campaña de obtenida de firmas en acompañamiento del petitorio).

A consecuencia de esto, el oficialismo debió volver a diseñar su estrategia para las selecciones de presidentes del mismo año, y a semejantes efectos designó a Juan Manuel Santos como candidato del Partido Social de Unidad Nacional (Partido de la U). En la segunda vuelta de los comicios, conmemorada el 20 de junio de 2010, Santos logró imponerse con el 68,9 % de los votos a Antanas Mockus, del Partido Verde, quien logró el 27,5 %. El índice de abstención de esta convocatoria fue altísimo (55 %) y superó en cinco puntos al que se había registrado en la primera vuelta, conmemorada el 30 de mayo.

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