Alphonse Bertillon

Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la relevancia que detentó Alphonse Bertillon en la historia. La forma en que vivió y aquello que hizo durante el tiempo que estuvo en este mundo fue determinante no sólo para aquellas personas que frecuentaron a Alphonse Bertillon, sino que tal vez dejó una señal mucho más insondable de lo que podamossospechar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Alphonse Bertillon personalmente.Alphonse Bertillon fue un ser humano que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Vida y Biografía de Alphonse Bertillon

(París, 1853 - Münsterlingen, 1914) Antropólogo francés. Estudió medicina con su padre, Louis-Adolphe Bertillon, médico, antropólogo y estadístico (el hermano de Alphonse, Jacques Bertillon, asimismo fue médico y estadístico); entonces trabajó como preceptor en Escocia y, a su regreso a Francia, trabajó para la policía de París.

En 1880 creó un sistema de identificación y clasificación de delincuentes (bertillonnage, "bertillonaje") que se fundamentaba en mediciones antropométricas de la cabeza y las manos; si bien en un inicio sus superiores lo rechazaron, el nuevo prefecto, Camescasse, le dejó probarlo a lo largo de tres meses, periodo a lo largo del como el sistema probó su efectividad. A partir de 1882, la policía parisina lo incluyó en sus métodos, y después asimismo lo hicieron las de otros países.

Este año fue nombrado jefe de la oficina de identificación de la Prefectura del Sena, de la policía de París. Desde ese puesto ha podido utilizar con enorme éxito su sistema (ningún fallo en los primeros 700 reconocimientos), que mejoró agregando señales particulares y fotografías. No obstante, el sistema fue criticado por otros criminalistas contemporáneos, como Francis Galton.

Bertillon identificó al anarquista Ravachol y asimismo trabajó, esta vez como calígrafo, en el habitual tema Dreyfus: aseguró que la nota que anunciaba el envío de documentos misterios había sido redactada por nuestro Dreyfus, lo que significaba su responsabilidad; si bien Dreyfus fue después rehabilitado, Bertillon no alteró jamás sus conclusiones. Colaboró además de esto en el avance de la técnica de obtención de huellas digitales en superficies llanas ("dactiloscopia"), con la búsqueda de modelos químicos correctos. Escribió Etnografía actualizada, las etnias salvajes (1883), La antropometría judicial en París en 1889 (1890), La fotografía judicial (1890), Identificación antropométrica (1893), La antropología métrica (1909, su obra más esencial) y Clasificación fonética.

Su sistema de identificación de delincuentes, popular como bertillonaje, partía de la base de que los huesos de la gente adultas no cambian, y que no son iguales en todos y cada sujeto. Una vez registradas las medidas del preso, era simple su clasificación y también identificación. Se efectuaban cinco mediciones: longitud de la cabeza, anchura de la cabeza, longitud del dedo medio de la mano izquierda, longitud del pie izquierdo y longitud del antebrazo izquierdo. Las mediciones de la cabeza se efectuaban con un compás: la longitud, apoyándolo en el entrecejo; y la anchura, de un parietal a otro; la del dedo, con un calibre, situándose éste en ángulo recto con el resto de la mano; la del pie, asimismo con el calibre, con el pie descalzo; la del antebrazo, con los brazos en cruz frente a un tablero dividido en centímetros. Según el tamaño de cada medida, se clasificaban en extendida, media o corta. Combinando las cinco mediciones se conseguían 213 clases de personas.

El informe se archivaba apropiadamente. Aunque estas cinco medidas bastaban para conseguir una identificación precisa, podían completarse con otras: talla (la persona se pone, descalza, al lado de una regla en vertical) y longitud del meñique. También, señalando ciertas particularidades: color del iris, del pelo y de la piel, aspectos de la nariz, del labio, de las orejas, de las cejas y párpados, de la frente, cicatrices, lunares, quemaduras, arrugas, señales dejadas por el ejercicio de la profesión. Se tomaban además de esto 2 fotografías: una de frente (de divulgación) y otra de perfil (para el examen del antropómetra). Cada país tenía variaciones del sistema, pero en lo fundamental se aplicaba según lo inventó Bertillon.

No obstante, si bien su efectividad era alta, el sistema presentaba problemas: por un lado, requería varias tarjetas de datos con los desenlaces de las mediciones y visualizaciones, y era por consiguiente de incómodo manejo; por otra, el sistema precisaba especialistas en mediciones, que había que preocuparse de conformar: en verdad, se llegaron a hacer academias de antropometría para instruirlos, bien fuesen policías o gobernantes de prisión.

Su confiabilidad no era absoluta, ya que se encontraba sosten a fallos humanos: de esta forma ocurrió en la Penitenciaría Federal de Leavenworth (USA) en 1903, en el momento en que al fichar al recién ingresado Will West se le identificó con otro preso, de nombre y aspecto (y por consiguiente, de mediciones) prácticamente idénticos, William West; un examen mucho más detenido y el empleo del sistema de huellas digitales probó que eran 2 personas diferentes. El caso fue muy importante por el hecho de que puso de relieve las faltas del bertillonaje y apuntó las virtudes del sistema de huellas digitales; sin embargo, el bertillonaje fue todavía empleado por ciertas agencias criminalistas hasta los años 30, exhibe de su enorme herramienta a falta de un sistema mejor.

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