Alonso de Ojeda

Ya sea inspirando a más seres humanos o formando parte de la acción. Alonso de Ojeda es una de las personas cuya vida, sin duda alguna, merece nuestra atención por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Alonso de Ojeda es comprender más acerca de época determinada de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la trascendencia que detentó Alonso de Ojeda en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que estuvo en el mundo fue decisivo no sólo para aquellas personas que conocieron a Alonso de Ojeda, sino que a lo mejor produjo una huella mucho más honda de lo que logremossospechar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Alonso de Ojeda de forma personal.Alonso de Ojeda ha sido un ser humano que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Comprender lo bueno y lo malo de las personas significativas como Alonso de Ojeda, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo básica para que seamos capaces de apreciar no sólo la existencia de Alonso de Ojeda, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Alonso de Ojeda, gentes a quienes de un modo u otro Alonso de Ojeda influyó, y ciertamente, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Alonso de Ojeda.

Las biografías y las vidas de personas que, como Alonso de Ojeda, cautivan nuestro interés, deben valernos en todo momento como referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Alonso de Ojeda, el motivo por el cual Alonso de Ojeda vivió como lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de Alonso de Ojeda

(Cuenca, 1466 - Santo Domingo, 1515) Navegante y explorador español, entre los vanguardistas en la compañía de conquista que prosiguió al hallazgo de América. Acompañó al almirante Cristóbal Colón en su segundo viaje y participó activamente en las primeras acciones para someter a los indígenas de la isla de Santo Domingo (La Española). Entre 1499 y 1502 exploró la costa de las presentes Venezuela y Colombia y creó Santa Cruz, primer emplazamiento español en el conjunto de naciones. Nombrado gobernador de Nueva Andalucía (Urabá), gobernación de Tierrafirme que entendía el litoral colombiano, su búsqueda de colonización fracasó, pero dio sitio a la fundación de Santa María la Antigua del Darién, base de futuras conquistas.

Si bien nació en Cuenca, era perteneciente de Ojeda, cerca de Oña, en la merindad de Bureba. Perteneció a una familia noble y fue paje y criado del duque de Medinaceli don Luis de la Cerda, en cuya casa conoció quizá a Cristóbal Colón, en el momento en que este vino a España. Participó en la toma de Granada, donde dejó perseverancia de sus talentos militares, de su habilidad como espadachín y de su audacia.

Protegido por el obispo Juan Rodríguez de Fonseca, Alonso de Ojeda fue puesto adelante de entre las naves del segundo viaje de Cristóbal Colón en 1493. Al llegar a la isla de Guadalupe, Colón le confió la búsqueda del veedor Diego Márquez, que se había perdido al internarse con otros ocho compañeros. Una vez en La Española (isla de Santo Domingo), Colón le mandó examinar la zona de Cibao, en el interior (enero de 1494), donde Ojeda consiguió las primeras muestras del oro de Indias, mandadas por Colón a los Reyes Católicos adjuntado con un memorial donde ensalzaba la riqueza de las islas descubiertas.

Poco después se le dio otra misión esencial: la de socorrer al capitán Margarit, que se encontraba asediado en la fortaleza de Santo Tomás (erigida en Cibao) por las huestes del cacique Caonabó. Ojeda corrió en auxilio del capitán pero quedó asediado por su parte, hasta el momento en que lograron salvarle nuevos refuerzos venidos de la Isabela con Colón y su hermano Bartolomé Colón.

Después las tropas de Caonabó pusieron cerco a la Isabela y Ojeda decidió atrapar al cacique. Marchó a la provincia de Maguana, donde vivía, y a lo largo de la entrevista que sostuvieron, Ojeda le ofreció como obsequio unos grilletes de latón. Cuando el cacique se vio inmovilizado, Ojeda lo subió a su caballo, escapó al galope y lo entregó a Colón. Luego derrotó a otro hermano de Caonabó, con lo que se le premió con seis leguas de lote en Maguana.

La exploración de Venezuela

Alonso de Ojeda estuvo en la Española hasta fines de 1498, instante en que se enemistó con Colón y regresó a España. Fue a la Corte y se entrevistó con el Obispo Fonseca, que le solicitó revisar lo descubierto por Colón en su tercer viaje; se le autorizó de esta manera a efectuar el primer viaje de hallazgo después de los colombinos. Con patente del Obispo partió del puerto de Santa María hacia el 18 de mayo de 1499. Llevaba solo una carabela y le acompañaban el cosmógrafo Juan de la Cosa y Américo Vespucio, que hacía entonces su primer viaje al Nuevo Planeta.

Costeó África (donde se apoderó de una carabela de Huelva), pasó a Canarias y por último prosiguió la ruta del tercer viaje colombino para llegar a la costa de sudamerica por la Guayana venezolana. Desde allí subió a la isla de Trinidad y península de Paria, donde había estado antes el Almirante. A partir de aquí efectuó su auténtico hallazgo: toda la costa de Venezuela hasta Maracaibo, donde los españoles encontraron unas casas lacustres que a Vespucio le recordaban a Venecia, y por este motivo bautizaron el sitio como Venecia Chica o Venezuela. Prosiguieron entonces por la península de la Guajira (territorio hoy día colombiano), que los indios llamaban Chichibacoa o Coquibacoa, hasta cerca de un cabo que les pareció desde lejos "candela de navío". Era el cabo de la Vela, al que no llegaron, en tanto que antes de alcanzarlo enderezaron rumbo hacia la isla Española y atracaron en puerto Yáquimo el 5 de septiembre de 1499.

Allí cargaron palo tintóreo y hallaron a Francisco Roldán, alcalde de Santo Domingo reconciliado con Colón tras su rebelión. El funcionario solicitó el permiso para realizar descubrimientos y Ojeda se lo mostró. El resto del viaje no tiene interés; cargaron esclavos en las Lucayas y llegaron a Cádiz en la época de junio del año 1500. Los desenlaces de estos descubrimientos (toda la costa venezolana y una parte de la atlántica oriental colombiana) se consignaron en el popular mapa de Juan de la Cosa, elaborado el año 1500.

Ojeda fue nombrado Gobernador de Coquibacoa el 8 de junio de 1501 y organizó una expedición colonizadora con 2 asociados llamados Juan de Vergara y García de Ocampo. Partió en el primer mes del año de 1502 con 4 barcos y repitió la ruta previo. Al llegar a Coro, que llamó Valfermoso, mandó a Vergara por víveres a Jamaica y continuó hacia un puerto que llamó Santa Cruz, probablemente Bahía Honda, en la región colombiana de la península de la Guajira. Aquí edificó un fuerte, que fue el primer lugar español en Suramérica.

El descontento por la carencia de víveres y por las desfavorables condiciones encauzaron una enorme hostilidad hacia el gobernador. Al regresar de Jamaica, Juan de Vergara se concertó con García de Ocampo para destituir a Ojeda, que fue apresado (mayo o junio) y, por lo tanto, despoblado el sitio. Resultado de esto fue un litigio en la isla Española entre Ojeda y sus asociados, del que el primero salió absuelto en 1503.

La colonización de Tierrafirme

En 1508 se festejó la conocida Junta de Burgos donde se acordó la colonización de Tierrafirme, dividida en 2 gobernaciones, la de Castilla de Oro (Veragua) y la de Nueva Andalucía (Urabá). La gobernación de Nueva Andalucía, que correspondió a Alonso de Ojeda, englobaba la costa colombiana desde el Cabo de la Vela hasta el golfo de Urabá. Ojeda reunió 4 navíos y 220 hombres y partió de Santo Domingo el diez de noviembre de 1509 en compañía de Juan de la Cosa; dejó en la isla a su colega el cosmógrafo Martín Fernández de Enciso a fin de que reclutara mucho más hombres.

Desembarcó en las cercanías de Cartagena, donde leyó a los indios el popular "Requerimiento", y se internó hasta el poblado de Turbaco. Cuando los españoles estaban ocupados en saquear las casas vacías de los originarios, se dieron a conocer los guerreros, que causaron una enorme mortandad. Entre las víctimas estuvo el cosmógrafo Juan de la Cosa, que fue tomado y asaeteado. Ojeda logró huír y alcanzó la playa, donde apareció Diego de Nicuesa, que había sido nombrado gobernador de Castilla de Oro y se dirigía a su gobernación. Diego de Nicuesa se unió a Ojeda en la represalia contra los indígenas, y después prosiguió su sendero.

Ojeda continuó asimismo por la costa de su gobernación en dirección hacia occidente, en pos de un espacio para fundar un establecimiento. Creyó localizarlo en el Golfo de Urabá, donde erigió San Sebastián de Urabá, de todos modos un fácil fuerte. El rincón era insalubre y enfermaron varios hombres, pero lo mucho más grave era que los indios utilizaban flechas envenenadas con curare, que generaban la desaparición prácticamente instantánea a quienes eran heridos. El propio Ojeda fue herido en una pierna, si bien ha podido socorrer su historia tras obligar al cirujano a que aplicase sobre su herida 2 planchas al rojo. Para contener la hemorragia fue preciso gastar una pipa de vinagre.

Frente tan insuficiente y dañina situación, y viendo que no llegaba el aguardado refuerzo de Fernández de Enciso, Ojeda decidió explotar la aparición de una nave en Urabá para proceder a la Española en pos de víveres y también implementos. Dejó a los pobladores de San Sebastián bajo el mando de un entonces obscuro teniente llamado Francisco Pizarro (el futuro conquistador del Perú), con órdenes de accionar como creyese oportuno si no había regresado en un período de cincuenta días, y embarcó con rumbo a La Española.

Pero la nave en que embarcó Ojeda iba llena de delincuentes, los que, liderados por Bernardino de Talavera, eligieron proceder a Cuba en lugar de Santo Domingo para eludir la justicia. El barco naufragó cerca de Cuba y sus ocupantes cruzaron caminando la isla hasta el Oriente, donde fueron acogidos por los indios (probablemente en la región de la presente Santiago de Cuba). Desde allí se solicitó asistencia al gobernador de Jamaica, Juan de Esquivel, que envió una nave con Pánfilo de Narváez. Se ejecutó a Bernardino de Talavera y a sus fieles y Ojeda viajó hasta Santo Domingo. La pobreza en que estaba le impidió obtener con presteza lo preciso para remarcar a los hombres que había dejado en San Sebastián de Urabá; murió en Santo Domingo hacia 1515, y fue sepultado a la entrada de la iglesia de San Francisco.

En lo que se refiere a los hombres de San Sebastián de Urabá, partieron bajo el mando de Francisco Pizarro al cumplirse los cincuenta días y hallaron cerca de Cartagena el refuerzo de Fernández de Enciso, en el que venía Vasco Núñez de Balboa, que señaló el sitio correspondiente para fundar un establecimiento en Tierrafirme: un paraje al lado de un río (Tanela) alén del golfo de Urabá, donde no había indios flecheros. Allí se erigió la localidad de Santa María la Antigua del Darién, base del hallazgo del Pacífico y de la colonización de Panamá.

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Obviamente llegar a comprender a Alonso de Ojeda es algo que se reserva a muy pocas personas, y que tratar de recomponer la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Alonso de Ojeda es una suerte de enigmaque probablemente podamos rehacer si cooperamos todos en conjunto.

Por ese motivo, si eres del tipo de personas que creen en que de forma colaborativa es posible crear algo mejor, y detentas información con respecto a la vida de Alonso de Ojeda, o acerca de algún particularidad de su figura u obra que no hayamos observado en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.

Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son decididamente esenciales, ya que destacan la singularidad, y en la ocasión de la vida de un ser como Alonso de Ojeda, que poseyó su trascendencia en un momento histórico concreto, es esencia intentar mostrar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.

Sin dudarlo, contacta con nosotros para relatarnos qué conocimientos tienes tú sobre Alonso de Ojeda. Estaremos encantados de perfilar esta biografía con más información.