Ya sea inspirando a otros o siendo parte de la actuación. Alfred Döblin es una de las personas cuya vida, sin duda alguna, merece nuestro interés por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la vida de Alfred Döblin es conocer más acerca de etapa determinada de la historia del género humano.
(Stettin, 1878 - Emmendingen, 1957) Escritor alemán. Nacido en el seno de una familia de mercaderes judíos, se trasladó con su madre a Berlín (1888), donde después cursó estudios de medicina neurológica y psiquiatría, doctorándose en 1905. Tras unos intentos narrativos juveniles, influidos por sus lecturas de Nietzsche y Freud (La cortina negra. Novela de las expresiones y los azares, redactada en 1902 y no editada hasta 1919), se adscribió a la corriente expresionista y fue, adjuntado con H. Walden y L. Schreyer, entre los creadores de la gaceta Der Sturm, donde publicó múltiples cuentos sueltos recogidos entonces en los volúmenes El asesinato de un ranúnculo (1913) y Los Lobensteiner viajan a Bohemia (1917).
En 1915 consiguió su primer éxito literario con la novela Los tres saltos de Wang-lun, parábola sobre la resistencia pasiva en frente de la crueldad, que tiene como correlato histórico la rebelión de una secta taoísta contra el gobierno imperial en la China del siglo XVIII. El lenguaje explosivo y renovador de la obra, que piensa una separación definitiva con la tradición de la novela burguesa alemana, la transformaron en el primer enorme exponente del género en el expresionismo.
Al terminar la Primera Guerra Mundial, donde participó como médico militar, Döblin publicó La pelea de Wadzek con la turbina a vapor (1918), donde lleva a cabo entre los temas centrales en su producción ulterior, la crueldad de la técnica, y Wallenstein (1920), novela de composición y dimensiones épicas ambientada a lo largo de la Guerra de los Treinta Años.
De su personal lectura del pensamiento marxista y socialista da testimonio El baile de máscaras alemán (1921), recopilación de ensayos y productos políticos a la que prosiguieron otras 2 esenciales producciones librescas: Montañas, mares y colosales (Berge, Meere und Giganten, 1924), utopía de la era técnica sobre una humanidad que se ha distanciado irremediablemente de la naturaleza y debe abonar las secuelas, y Berlín Alexanderplatz, de 1929, indudablemente su obra mucho más conocida y la primera novela alemana esencial sobre el tema de la enorme localidad.
Equiparada con el Ulises de James Joyce o la trilogía U.S.A. de John Dos Passos, Berlín Alexanderplatz relata la narración de Franz Biberkopf, un obrero recién liberado de la prisión que procura abrirse paso y llevar una vida digna en el babilónico laberinto de los bajos fondos berlineses. El destacable virtuosismo técnico desplegado en la composición de la novela (asociación, monólogo interior, variedad de perspectivas y planos narrativos, collages, citas, yuxtaposición de las situaciones y incesante alternancia de los escenarios lingüísticos) reproduce en todo instante el ritmo vibrante de la urbe y el trágico sino más bien de la condición humana actualizada.
Justo después del incendio del Reichstag (1933), Döblin escapó primero a Suiza y después a Francia, donde continuó hasta la invasión nazi en 1940 y escribió, entre otros muchos títulos, La migración babilónica o La soberbia antecede a la caída (1934), No va a haber perdón (1935), novela de base autobiográfica, y las trilogías Amazonas (1937-48), donde recrea capítulos de la historia latinoamericana, y Noviembre de 1918. Una revolución alemana (1939-50), estas últimas continuadas en el exilio americano y en Alemania, adonde volvió al término de la Segunda Guerra Mundial.
A su etapa final forman parte El coronel y el poeta, o el corazón humano (1946), Hamlet o La extendida noche llega a su fin (1956), historia familiar donde se avisan ecos de la tradición novelística anglosajona, y el libro de memorias Viaje del destino (1949), evocación del exilio en Francia y los Estados Unidos. De su conversión al catolicismo, acontecida en 1941, comunica detalladamente el ensayo El hombre inmortal. Diálogo Religioso (1946). Alfred Döblin dejó además proyectos teatrales y varios ensayos sobre temas religiosos, políticos y literarios: Nuestra vida (1933), La literatura alemana en el extranjero desde 1933 (1938) y La poesía, su naturaleza y su papel (1950).
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