Alfonso XIII

La historia del mundo está escrita por aquellas personas queen el paso de los años, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han originado queel mundo, de una forma u otra,prospere.

Ya sea inspirando a otros seres humanos o formando parte de la acción. Alfonso XIII es una de esas personas cuya vida, indudablemente, merece nuestra atención por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la existencia de Alfonso XIII es conocer más acerca de un periodo concreto de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la importancia que tuvo Alfonso XIII en la historia. La forma en que vivió y lo que hizo en el tiempo en que permaneció en este mundo fue determinante no sólo para las personas que trataron a Alfonso XIII , sino que tal vez legó una señal mucho más profunda de lo que podamosconcebir en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Alfonso XIII de forma personal.Alfonso XIII fue uno de esos seres humanos que, por alguna razón, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Apreciar las luces y las sombras de las personas relevantes como Alfonso XIII , personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa esencial para que podamos apreciar no sólo la vida de Alfonso XIII , sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Alfonso XIII , personas a quienes de de una forma u otra Alfonso XIII influyó, y por supuesto, conocer y descifrar cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Alfonso XIII .

Vida y Biografía de Alfonso XIII

(Madrid, 1886 - Roma, 1941) Rey de España (1902-1931). Hijo póstumo de Alfonso XII, a lo largo de su minoría de edad ejercitó la Regencia su madre, María Cristina de Habsburgo-Lorena, quien le dio una educación principalmente militar. Su reinado se inició siendo proclamado mayor de edad en 1902, con el país aún bajo los efectos de la última derrota en la guerra contra Estados Unidos y la consiguiente pérdida de los restos del imperio colonial (1898). Juró la Constitución de 1876, pero no puede decirse que ejercitara lealmente el papel de un rey constitucional: desde el principio aseveró su intención de poder personal y manifestó una inclinación desaforada hacia los militares.

Alfonso XIII continuó la política de turno pacífico en el gobierno entre los partidos dinásticos, que se fundamentaba en aceptar el sistemático falseamiento de las selecciones: de esta manera confió el poder a los conservadores Silvela, Fernández Villaverde, Maura y Azcárraga (1902-05) y después a los liberales Montero Ríos, Moret, López Domínguez y Vega de Armijo (1905-07).

Más tarde el rey abrió paso a los intentos de desarmar el caciquismo y actualizar el sistema político desde el gobierno por la parte de los conservadores (Antonio Maura, 1907-09) y de los liberales (José Canalejas, 1910-12). Con el homicidio de Canalejas comenzó a romperse el bipartidismo por la disgregación en facciones de los partidos del turno (gobiernos liberales del conde de Romanones en 1912-13 y 1915-17 y del conservador Eduardo Dato en 1913-15).

Aquella situación desembocó en la quiebra del sistema de la Restauración desde la enorme crisis de 1917, donde se concitaron contra el régimen una huelga general, un movimiento corporativo en el ejército (las «Juntas de Defensa») y una Asamblea de Parlamentarios que demandaba reformas democratizadoras ajeno de las instituciones establecidas. Después del fracaso del gobierno de Unión Nacional de 1918, el reinado se caracterizó por una enorme inestabilidad a nivel político (con trece cambios de gabinete) y popular (incremento del terrorismo anarquista). Los nacionalismos aumentaban su predominación y sus solicitudes. Y la situación colonial se deterioraba en Marruecos con el desastre de Annual (1921).

Alfonso XIII actuó en múltiples oportunidades en su papel de gerente del Estado en el exterior: en 1904 recibió en Vigo al emperador alemán Guillermo II y trató con él sobre la cuestión de Marruecos; en 1907 se entrevistó en Cartagena, para intentar la situación en el Mediterráneo, con el rey Eduardo VII de Inglaterra, con cuya sobrina Victoria Eugenia (o Ena) de Battenberg había contraído matrimonio el año previo; en 1913 visitó Francia para ratificar el tratado que repartía Marruecos entre los dos países; efectuó otros viajes oficiales a Inglaterra, Francia, Alemania y Austria; y desempeñó un papel importante en la defensa de la neutralidad de españa en la Primera Guerra Mundial (1914-18).

Pero el reinado quedó marcado por la cobertura que prestó don Alfonso al golpe de Estado del general Primo de Rivera en 1923 y la dictadura que éste implantó, resolución que le haría perder el trono. Insensible a las necesidades de los presidentes de ámbas cámaras de que cumpliese sus obligaciones constitucionales, se agradó en cambio en conocer con el dictador la Italia de Mussolini (1923). Cuando, acuciado por la oposición interna, cayó Primo de Rivera, el rey encargó conformar gobierno consecutivamente al general Dámaso Berenguer (1930) y al almirante Juan Bautista Aznar (1931); pero el regreso a la normalidad constitucional no era ahora viable.

La deslealtad del rey y su deber con la pasada dictadura generaron un vuelco en la opinión pública, que en las selecciones municipales de 1931 se mostró en la mayoría de los casos republicana. Alfonso XIII suspendió el ejercicio del poder real (si bien no abdicó formalmente) y abandonó España mientras que se proclamaba la Segunda República (1931). Juzgado y culpado en sepa por las Cortes republicanas, el ex- monarca se refugió en la Italia fascista y en 1941 abdicó en su hijo Juan de Borbón antes de fallecer. Antes había subsistido a tres atentados, uno en París (1905) y 2 en Madrid (1906 y 1913). Quedó sepultado en Roma hasta el momento en que en 1980, restaurada ahora la monarquía de los Borbones, su nieto Juan Carlos I logró traer su cuerpo a España para depositarlo en el Panteón de Reyes de El Escorial.

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