Alejandro Amenábar

La historia de las civilizaciones está escrita por las mujeres y hombres quea lo largo del tiempo, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado queel mundo, de una forma u otra,progrese.

Ya sea inspirando a otros seres humanos o tomando parte de la acción. Alejandro Amenábar es uno de esos seres humanos cuya vida, en verdad, merece nuestro interés debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Alejandro Amenábar es comprender más sobre época determinada de la historia de la humanidad.

Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la relevancia que detentó Alejandro Amenábar en la historia. La forma en que vivió y lo que hizo en el tiempo en que permaneció en este mundo fue decisivo no sólo para las personas que trataron a Alejandro Amenábar, sino que quizá dejó una huella mucho más profunda de lo que podamosconcebir en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Alejandro Amenábar personalmente.Alejandro Amenábar fue un ser humano que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Comprender las luces y las sombras de las personas destacadas como Alejandro Amenábar, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa esencial para que podamos poner en valor no sólo la existencia de Alejandro Amenábar, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Alejandro Amenábar, personas a quienes de de una u otra forma Alejandro Amenábar influyó, y indudablemente, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Alejandro Amenábar.

Vida y Biografía de Alejandro Amenábar

(Santiago de Chile, 1972) Cineasta español. Aunque Alejandro Amenábar nació el 31 de marzo de 1972 en la ciudad más importante chilena, solo radicó en su localidad natal hasta agosto del año siguiente, en el momento en que sus progenitores, un par de semanas antes del golpe para derrocar al gobierno de Augusto Pinochet, eligieron emigrar a España y se instalaron en La capital española.

Con el año y medio de edad que tenía al dejar Chile, el saber de su tierra debió formarse mediante las referencias, el acento y las prácticas de sus mayores. Estos y otros rastros de su identidad, que cobraron formas mucho más terminantes en sus siguientes viajes a Chile para enseñar sus películas, hicieron que sostuviese su doble nacionalidad, sin embargo sentirse y declararse español. Y más allá de que semeja improbable que realice cine político, dado el estilo de su filmografía, no desecha rodar más adelante una película sobre esos aciagos hechos que modificaron la narración de su país el 11 de septiembre de 1973.

Apasionado por las imágenes, mucho más que por los juegos infantiles, el niño Amenábar ocupaba su momento de libertad entre cintas de vídeo. Vio decenas y decenas de ocasiones su película preferida, 2001: una odisea del espacio (1968), de Stanley Kubrick, algo que indudablemente lo vincula a ciertos compañeros de generación, si bien en su caso existía una particularidad: para Amenábar, las imágenes eran inseparables de la música de fondo.

Una apreciación que le aficionó a las bandas sonoras, lo transformó en coleccionista y le orientó después a la composición musical y a la convicción de que, si no fuese cineasta, sería músico. De hecho, con su Macintosh, un secuenciador multipistas, un teclado, una mesa de mezclas y múltiples sintetizadores ha compuesto la música no solo de sus películas sino más bien asimismo de Nadie conoce a absolutamente nadie, de su amigo Mateo Gil, y La lengua de las mariposas, de José Luis Cuerda.

Suspenso universitario en realización

En 1990 inició sus estudios de imagen y sonido en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, pero ahora entonces se sentía urgido por arrancar sus primeros proyectos como realizador, y de este modo lo logró, so pena de perder no escasas clases. Cuando prácticamente le tocaba licenciarse, abandonó los estudios por culpa de un suspenso: la asignatura era exactamente realización.

Por entonces ahora había rodado sus primeros cortos, en los que no solo ejercitó de directivo, sino más bien asimismo como escritor de guiones, personaje principal, creador de la banda sonora y montador: La cabeza (1991), que consiguió el primer premio de la Asociación Independiente de Cineastas Amateurs (Antes de Cristo), y también Himenóptero (1992), cuya proyección en el Festival de Elche despertó los encomios de Bigas Luna y el interés de otro directivo, José Luis Cuerda, quien desde entonces ejercitó de mecenas del joven realizador.

Cuerda fue el productor del siguiente corto, rodado ahora con mayores elementos profesionales y en 35 milímetros, Luna (1995), con el que Amenábar inició una práctica común a sus trabajos siguientes: la composición de la banda sonora. El largometraje prefiguraba su gusto por el cine de género y asimismo el talento como narrador que decidió a Cuerda a financiar su primer extenso film.

Con tan solo veintitrés años, un aparato de jóvenes actores hasta el momento extraños (salvedad llevada a cabo de la personaje principal, Ana Torrent), encabezado por los después conocidos Fele Martínez y Eduardo Noriega, y con un sencillo pero bien aprovechado presupuesto, efectuó Tesis (1996), donde asimismo tuvo cabida con un corto papel su «padrino» cinematográfico, en un perverso personaje inspirado en el instructor que lo suspendió en realización.

Esta ópera prima mostraba su dominio de la intriga en un tema tan morboso y macabro como el de las snuff movies (rodajes de homicidos no fingidos), y más allá de su elevado metraje y a algún giro inverosímil, tras su presentación fuera de certamen en el Festival de Berlín de 1996 inició una lenta pero contundente carrera comercial que la transformó en el enorme éxito del año del cine español, con un público próximo al millón de espectadores. A ello contribuyeron las ocho candidaturas a los premios Goya que entrega la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, de los que consiguió siete, entre ellos los mucho más esenciales, como el de mejor película y el de mejor directivo novel.

Abre los ojos y Los otros, la confirmación

Era el instante de que el tándem Amenábar-Cuerda se pusiese manos a la obra para la realización de una segunda película, Abre los ojos (1997), un largometraje de presupuesto considerablemente más holgado y mayor ambición, de régimen mucho más próximo a la ciencia-ficción que al thriller psicológico, y con un asombroso diseño de producción.

La atmósfera misteriosa de este largometraje maravilló al actor y productor Tom Cruise, quien adquirió los derechos para generar y interpretar un remake que encargó al directivo Cameron Crowe. El resultado, Vanilla Sky (2001), no cubrió las esperanzas, y las críticas fueron tan desfavorables como discretísima su trayectoria comercial a los dos lados del océano. Por el opuesto, el original de Amenábar, solo en España, llegó a duplicar las colectas de su ópera prima, aparte de servirle de interfaz de lanzamiento en todo el mundo con su exhibición en los festivales de Berlín y Sundance, donde tuvo ocasión de descubrirlo el actor estadounidense.

En Los otros (2001), rodada con un presupuesto de sobra de 21 millones de euros, a la inversa que en las precedentes, la historia no se articula en la ingeniosidad del desenlace, sino más bien en la tensión generada y dosificada en todo el largometraje. Historia de espectros mucho más estremecedora que terrorífica, sostiene con maestría su doble lectura de principio a fin, y la simple identificación hitchcockiana en el aspecto y la composición del personaje de Grace (Nicole Kidman) como un remedo de la Grace Kelly que dirigiera Hitchcock, consigue tintes de manifiesto homenaje al «profesor del suspense», y quizá pierde contundencia frente a la aproximación mucho más directa a la atmósfera y la trama de Otra vuelta de tuerca, de Henry James.

Los otros, con actores británicos, la australiana Nicole Kidman como personaje principal, aparato español y rodada en inglés en una mansión cantabria que figura situarse en la isla de Jersey, fue el primer caso en la industria de españa de una coproducción de estas especificaciones. Esto redundó en beneficio del largometraje, considerado estadounidense en Estados Unidos y español en España, con colectas que superaron, respectivamente, los cien millones de dólares estadounidenses y los 20 millones de euros en las primeras ocho semanas de exhibición.

En este sentido, el directivo no se despreocupa de las influencias, por lo menos en lo relativo a sus tres realizadores preferidos, y las adjudica no solo al chato estilístico, sino más bien a la forma en que cada uno se proponía el cine: «En la situacion de Hitchcock, está de forma directa relacionada con el suspense; en la situacion de Kubrick, con la búsqueda de la mayor simplicidad y el criterio mucho más exacto en el momento de contar algo, y en la situacion de Spielberg, se pone en la situación del espectador y hace la película que a él le agradaría ver».

A evaluar por el éxito logrado, Amenábar semeja haber hallado las dosis justas de estas premisas. Tras la increíble trayectoria comercial por las salas de la mitad del planeta, Los otros fue la enorme vencedora en la liturgia de la distribución de los Goya 2002, con ocho galardones, entre ellos los concedidos a la mejor película, al mejor guion original y al mejor directivo. Un directivo que dejó de ser el niño prodigio del cine español para transformarse, a sus treinta años, en un nombre destacable entre los buenos realizadores de cine fabuloso del panorama en todo el mundo.

Mar adentro, el Oscar

En el año 2004 Amenábar dio un nuevo giro a su producción con un título que supuso una aproximación a la desaparición (presente en sus películas desde una u otra visión) de una forma absolutamente diferente. En septiembre de ese año presentó a la prensa Mar adentro, un largometraje que cuenta la vida de Ramón Sampedro, el tetrapléjico gallego que en 1998 puso fin a su historia, con asistencia de varias personas próximas, tras pasar recluído en cama por un incidente mucho más de treinta años.

El papel de Sampedro, fabulosamente interpretado por Javier Bardem, tal como el de todos y cada uno de los actores que intervienen en el largometraje, fue muy alabado por la crítica. La película, de enorme intensidad sensible, fue escogida para representar a España en la carrera por los Oscar de Hollywood y ha servido para retomar un tema tan polémico como la eutanasia en España. Amenábar recibió además de esto el Premio Especial del Jurado de la Mostra de Venecia, el premio al mejor directivo en los Premios del Cine Europeo, festejados en el último mes del año de ese año en Barcelona; y el Globo de Oro a la mejor película extranjera.

Todos estos vaticinios se vieron refrendados en la XIX edición de los Premios Goya, donde el largometraje logró el récord de catorce estatuillas, al ganar catorce de las quince categorías en las que se encontraba nominada. También fue premiada en el mes de febrero de 2004 con el premio del cine sin dependencia estadounidense, los Spirit Awards, a la mejor película extranjera. Pero sería en el mes de febrero de 2005 en el momento en que la película recibiese el espaldarazo definitivo y pasara a transformarse en entre las películas mucho más premiadas del cine español, tras hallar el Oscar a la mejor película de charla no inglesa.

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¿Qué opinas de la existencia de Alejandro Amenábar? ¿Has hallado toda aquella información que pensabas que ibas a encontrar?

Es cierto que llegar a comprender a Alejandro Amenábar es algo que se reserva a escasas personas, y que intentar reconstruir quién fue y cómo fue la vida de Alejandro Amenábar es una suerte de enigmaque a lo mejor logremos reconstruir si colaboramos conjuntamente.

Por ese motivo, si eres de esas personas que confían en que de forma cooperativa es posible hacer algo mejor, y tienes información acerca de la biografía de Alejandro Amenábar, o con respecto a algún faceta de su personalidad u creación que no hayamos observado en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.

Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son siempre determinantes, ya que destacan la singularidad, y en la ocasión de la vida de una persona como Alejandro Amenábar, que detentó su significación en una época concreta, es fundamental intentar mostrar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

Sin dudarlo, contacta con nosotros para contarnos qué conocimientos posees sobre Alejandro Amenábar. Estaremos ilusionados de perfilar esta biografía con más información.