La historia del mundo la escriben las mujeres y hombres queen el paso de los años, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han originado queel género humano, de una forma u otra,progrese.
Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la importancia que detentó Alberto Valenzuela Llanos en la historia. La forma en que vivió y las cosas que hizo durante el tiempo que permaneció en la tierra fue decisivo no sólo para quienes conocieron a Alberto Valenzuela Llanos, sino que posiblemente produjo una huella mucho más honda de lo que podamosimaginar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Alberto Valenzuela Llanos en persona.Alberto Valenzuela Llanos fue una persona que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Comprender las luces y las sombras de las personas significativas como Alberto Valenzuela Llanos, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo sustancial para que podamos poner en valor no sólo la existencia de Alberto Valenzuela Llanos, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Alberto Valenzuela Llanos, personas a quienes de de una forma u otra Alberto Valenzuela Llanos influenció, y desde luego, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Alberto Valenzuela Llanos.
Las biografías y las vidas de personas que, como Alberto Valenzuela Llanos, cautivan nuestra atención, tienen que servirnos en todo momento como referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Alberto Valenzuela Llanos, el motivo por el cual Alberto Valenzuela Llanos vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos ayudará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma inevitable, la historia.
Vida y Biografía de Alberto Valenzuela Llanos
(San Fernando, 1869 - Algarrobo, 1925) Pintor chileno, considerado entre los primeros enormes profesores de la pintura moderna chilena. Destacó como retratista y singularmente por sus cuadros paisajísticos, que pintó en un estilo ajeno de tendencias, caracterizado por la hermosura sosiega que se desprende de ellos.
Nativo de el seno de una familia de hacendados depauperados, Valenzuela Llanos compaginó en su adolescencia los estudios con un trabajo de ligado en San Fernando con el que ayudar a la economía doméstica. En 1887 se trasladó a Santiago para entrar en la Escuela de Bellas Artes, centro en el que se formó bajo las enseñanzas de los primordiales profesores chilenos de la temporada, Cosme San Martín, Juan Mochi y Pedro Lira, este último familiar de el por la parte de madre.
En 1890 recibió la Tercera Medalla del Salón Oficial de Santiago por la obra Puesta de sol en los Andes, el primero de una amplia lista de premios en todo el país recibidos durante su trayectoria artística, entre aquéllos que asimismo resaltan el respetado Premio del Certamen Edwards, que consiguió en siete oportunidades: 1894, 1897, 1898, 1900, 1908, 1911 y 1914 (las tres últimas como Premio de Honor).
En 1901 viajó por vez primera a Europa merced a una beca del Gobierno chileno y en 1906 regresó nuevamente al Viejo Conjunto de naciones; estudió entonces en la reconocida Academia parisina Julien, donde fue acólito de Jean Paul Laurens, participó en los salones oficiales, y conoció de cerca las novedosas tendencias modernistas de europa. A partir de 1903 inició una esencial tarea enseñante en el Liceo Luis Amunátegui de la ciudad más importante chilena que más tarde continuó en la Escuela de Bellas Artes, centro del que fue nombrado instructor titular en 1910 y en el que dio clases a una esencial generación de pintores chilenos (Pedro Luna, Agustín Abarca, Arturo Gordon).
Asimismo en estas datas consiguió la Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Santiago y contrajo matrimonio con Julia Montero, acólita suya en la Escuela. Después de largas estancias en París, en 1923 se estableció terminantemente en Chile, en la pequeña ciudad ribereña de Algarrobo, donde desarrolló una corto pero atrayente última etapa artística. Además de los convocados, Valenzuela Llanos consiguió entre otros muchos premios y galardones la Segunda Medalla del Salón Oficial de París de 1913, la Mención de Honor de la Exposición de Buffalo (Estados Unidos, 1901), la Cruz de Caballero de la Legión de Honor (Francia, 1923) y el ascenso de integrante de la Sociedad de Artistas Franceses.
La obra de Alberto Valenzuela Llanos se enmarca en el periodo de tiempo de transición entre el arte academicista decimonónico y la explosión de novedosas tendencias a principios del siglo XX, y que en Chile se traduce en la lenta configuración de una "pintura nacional" de aspectos propios, encarnada en figuras de la talla de Juan Francisco González, Pedro Lira, Alfredo Valenzuela Puelma o él mismo. Sin embargo, hay que indicar su relativa localización ajeno de movimientos y tendencias, quizá en armonía con su talante y personalidad, austero y también introvertido, notas que asimismo son ajustables a su obra.
En una primera etapa, sus panoramas recalcaron por el dominio de los puntos especialistas, ahora fuera un especial equilibrio de la composición, con una clara definición de cada elemento que la manera, o el concienzudo estudio de las tonalidades cromáticas (Paisaje con cordillera, Valparaíso en 1895), pero pausadamente fue evolucionando hacia un estilo mucho más poético, cautivado por la hermosura íntima de la naturaleza; se liberó entonces de ciertas recias pautas del academicismo, surgiendo una pincelada mucho más libre, encuadres naturales, fruto de su gusto por colorear al aire libre, y la búsqueda de una atmósfera particular, que halló más que nada en los crepúsculos.
Los cuadros que mejor representan esta transición son Manzanillas en Flor y Riberas del Mapocho, al tiempo que Cardenales de Algarrobo es una exhibe de su última etapa, dominada por la concreción y facilidad compositiva. Además de estas pinturas, cabe nombrar de su etapa francesa Alrededores de Suresnes y El puente de Charenton, por ejemplo.
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Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son en todos los casos esenciales, ya que marcan la diferencia, y en el tema de la vida de un ser como Alberto Valenzuela Llanos, que poseyó su relevancia en un momento histórico concreto, es esencia procurar brindar una visión de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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