La historia de las civilizaciones la escriben los hombres y mujeres quea lo largo de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han originado queel mundo, de una forma u otra,prospere.
Ya sea inspirando a otros o siendo parte de la actuación. Adalberto Ortiz es uno de esos sujetos cuya vida, en verdad, merece nuestra atención debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la vida de Adalberto Ortiz es conocer más acerca de una época concreta de la historia del género humano.
Comprender lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Adalberto Ortiz, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa básica para que podamos poner en valor no sólo la existencia de Adalberto Ortiz, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Adalberto Ortiz, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Adalberto Ortiz influyó, y ciertamente, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Adalberto Ortiz.
(Esmeraldas, 1914 -2003) Narrador y poeta indigenista ecuatoriano, gerente de la negritud ecuatoriana, cuya obra explora en el planeta, la civilización y los inconvenientes de esa minoría étnica de su país, limitada a la franja ribereña de Guayaquil.
Estudió en Quito, pero escribió siempre y en todo momento desde la marginalidad. Ejerció el magisterio, y representó al país en distintas funcionalidades diplomáticas. Prohibidos sus libros por el gobierno en 1963, emprendió viajes por Europa y Estados Unidos.
Se le considera entre los nombres mucho más significativos de la literatura periférica. En su obra narrativa, a la observación de la vida de los negros y mulatos de su país se agregan las técnicas de la novelística de norteamérica, notoriamente las de John Steinbeck y John Dos Passos. Su novela Juyungo: la crónica de un negro, una isla y otros negros, traducida a múltiples lenguajes, es la toma de la palabra por la parte de exactamente los mismos personajes principales. A diferencia de los escritores de la década de 1930, Ortiz charla desde el interior del enfrentamiento, sin mediadores, y su voz se aúna a las de esos que en el planeta distribuyen un emprendimiento de liberación.
Ortiz se inició como poeta en la inclinación del negrismo. Su poesía (Tierra, son y tambor, 1953; El vigilante insepulto, 1954; La envoltura del sueño, 1982) y su teatro (El retrato de la otra y su pintura) influyen en las fronteras arbitrarias que expone el racismo, para denegar una cultura tan viva como postergada.
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Evidentemente conocer profundamente a Adalberto Ortiz es algo que está reservado a pocas personas, y que tratar de reconstruir quién y cómo fue la vida de Adalberto Ortiz es una suerte de puzzleque con bastante probabilidad podamos reconstruir si cooperamos todos en conjunto.
Por ese motivo, si eres de esas personas que creen en que colaborando se puede crear algo mejor, y detentas información en relación con la existencia de Adalberto Ortiz, o acerca de algún peculiaridad de su persona u creación que no hayamos observado en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.
Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son siempre importantes, ya que destacan la singularidad, y en la ocasión de la vida de un ser como Adalberto Ortiz, que detentó su significación en un momento histórico concreto, es indispensable intentar mostrar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
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