Yusuf I de Granada

La historia del mundo la escriben los hombres y mujeres queen el transcurrir de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho queel mundo, de una forma u otra,avance.

Ya sea inspirando a otras personas o tomando parte de la acción. Yusuf I de Granada es uno de esos seres humanos cuya vida, en efecto, merece nuestra atención debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Yusuf I de Granada es conocer más sobre etapa determinada de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la relevancia que tuvo Yusuf I de Granada en la historia. La manera en que vivió y las cosas que hizo durante el tiempo que estuvo en el mundo fue determinante no sólo para las personas que frecuentaron a Yusuf I de Granada, sino que a caso legó una huella mucho más insondable de lo que logremosfigurar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Yusuf I de Granada de modo personal.Yusuf I de Granada ha sido un ser humano que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Conocer las luces y las sombras de las personas relevantes como Yusuf I de Granada, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es una cosa sustancial para que seamos capaces de valorar no sólo la existencia de Yusuf I de Granada, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Yusuf I de Granada, personas a quienes de de una u otra forma Yusuf I de Granada influenció, y por supuesto, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Yusuf I de Granada.

Las biografías y las vidas de personas que, como Yusuf I de Granada, atraen nuestra curiosidad, tienen que servirnos siempre como referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Yusuf I de Granada, el motivo por el cual Yusuf I de Granada vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de Yusuf I de Granada

(Abu al-Hachchach Yusuf Ibn Ismail; Granada, 1318 - 1354) Séptimo sultán de Granada (1333 - 1354). Era hijo de Ismail I y hermano de Muhammad IV, al que sucedió en el trono tras el homicidio de este en el año 1333. Su reinado inauguró un largo periodo de prosperidad y auge para la dinastía y el reino nazarí que acabó con la ascensión al trono de su hijo Muhammad V.

Si bien apasionado de la paz, Yusuf I se mostró como un sultán intrépido y decidido adelante de sus tropas, dando un enorme impulso al cuerpo de voluntarios mesnaderos marroquíes, los que desde su reinado formaron la fuerza de choque persistente del reino. Entre sus ministros y visires tuvo a 2 insignes individuos, Abu al-Nuayn Ridwan y al historiador Ibn al-Jatib, que influyeron poderosamente en la política de su tiempo, tanto en los temas internos como en las relaciones exteriores.

Yusuf I asimismo se descubrió como una listo gestor y reformador, ofreciendo un corpus notable de estatutos y leyes. Protegió todas y cada una de las ramas de la civilización y dio enorme impulso a la enseñanza islámica con la fundación de la Gran Madrasa de Granada (facultad islámica), entre las de sobra prestigio en el mundo entero musulmán. Yusuf I tuvo la mala suerte de ser contemporáneo del monarca castellanoleonés Alfonso XI, quien le derrotó en la conocida guerra del Salado, en el año 1340, por el dominio del Estrecho.

Partidario como era de la paz, solamente entrar al trono, Yusuf I pactó una tregua con Alfonso XI de 4 meses de duración. Al año siguiente firmó otra paz, en esta ocasión tripartita, con Castilla-León y los benimerines de Fez (Marruecos), en una de cuyas cláusulas se establecía una tregua de 4 años a lo largo de los que no debían pasar tropas del norte de África a la península, salvo para el relevo de las guarniciones mesnaderas del sultán nazarí.

El deseo de dominio sobre el Estrecho, anhelado tanto por los castellanoleoneses como por los granadinos y benimerines, provocó que no se renovara la tregua en el momento en que esta concluyó en el año 1338. El emir de Marruecos logró los preparativos de guerra, exactamente la misma las naves aragonesas, que se ubicaron en frente de Tarifa en el año 1339. La escuadra musulmana, formada por una coalición de benimerines, granadinos y hafsíes de Túnez, derrotó a la aragonesa en el desastre naval de Jofre Tenorio, pero la Corona de Aragón envió con prontitud una exclusiva escuadra al Estrecho al cargo del increíble marino don Pedro de Moncada.

Alfonso XI, que anhelaba ofrecer un impulso definitivo a la reconquista, entró en la guerra fijándose como propósito escencial la conquista de las plazas portuarias del Estrecho, Algeciras y Tarifa. Ante la presión cristiana en la región, el emir benimerí Abu al-Hassan decidió pasar a la península en persona adelante de un increíble ejército para contribuir a Yusuf I. Aragón y Castilla-León lograron implicar en la guerra a Alfonso IV de Portugal.

Una vez establecidas las situaciones de los dos contricantes, en el mes de octubre del año 1340 se causó la esencial guerra del Salado, el mayor triunfo católico de aquella temporada, por la que la coalición cristiana logró recobrar Algeciras y Tarifa, pero no de esta forma la plaza de Gibraltar, que resistió contumazmente todos y cada uno de los asedios a la que fue doblegada, hasta el punto de fallecer frente sus muros nuestro Alfonso XI, en el año 1350, víctima de un brote de peste negra.

Sin embargo, pese a la derrota del Salado, Yusuf I se cubrió de gloria por la resistencia que opuso a las tropas cristianas. La guerra del Salado asimismo supuso el objetivo de la intromisión directa de los emires benimerines en los temas internos del reino nazarí. Desde ese instante, los benimerines dejaron de mandar tropas regulares a la península.

Tras estos hechos, se firmó una exclusiva tregua por diez años que Yusuf I aprovechó para reorganizar su reino, el que alcanzó un prominente nivel de prosperidad y avance merced al certamen de varios sabios que se instalaron en la corte nazarí. La localidad fue embellecida con toda clase de inmuebles, tanto civiles como religiosos. La Alhambra padeció una sucesión de ampliaciones, como el Mexuar y el Patio y Torre de Comares.

Siguiendo la tónica general desde exactamente la misma gestación del reino nazarí, prosiguieron sucediéndose ciertos hechos de armas poco importantes durante la frontera que apartaba al reino con los cristianos, con resultado de cuando en cuando conveniente para Granada (toma de Cañete y depredaciones en Écija, Quesada y Alcaraz), y otras negativo (pérdida de Alcalá la Real).

Los últimos 4 años del reinado de Yusuf I transcurrieron en la mucho más absoluta calma. Yusuf I murió ejecutado por un demente en el momento en que estaba orando en la Gran Mezquita el día de la Ruptura del Ayuno (Ayd al-Fitr), el 19 de octubre del año 1354. Fue sucedido en el trono por su hijo primogénito Muhammad V, a la sazón de dieciséis años de edad.

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Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son decididamente imprescindibles, ya que destacan la singularidad, y en la ocasión de la vida de un ser como Yusuf I de Granada, que detentó su relevancia en una época concreta, es vital procurar brindar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

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