Walter Gilbert

Ya sea inspirando a más personas o tomando parte de la acción. Walter Gilbert es una de las personas cuya vida, en efecto, merece nuestra consideración por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la biografía de Walter Gilbert es conocer más acerca de una época concreta de la historia del ser humano.

Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la relevancia que atesoró Walter Gilbert en la historia. El modo en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que permaneció en el mundo fue determinante no sólo para quienes conocieron a Walter Gilbert, sino que posiblemente produjo una señal mucho más vasta de lo que podamosfigurar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Walter Gilbert en persona.Walter Gilbert ha sido un ser humano que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Apreciar las luces y las sombras de las personas significativas como Walter Gilbert, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa básica para que podamos valorar no sólo la vida de Walter Gilbert, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Walter Gilbert, personas a quienes de de una forma u otra Walter Gilbert influenció, y ciertamente, comprender y entender cómo fue vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Walter Gilbert.

Las biografías y las vidas de personas que, como Walter Gilbert, atraen nuestra curiosidad, tienen que servirnos siempre como referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Walter Gilbert, el motivo por el cual Walter Gilbert vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de Walter Gilbert

(Boston, 1934) Bioquímico estadounidense que recibió el premio Nobel de Química en 1980 por los estudios que efectuó sobre la determinación de la secuencia de los ácidos nucleicos. Compartió el galardón con Paul Berg y Frederick Sanger.

Desde niño mostró enorme afición por la ciencia, y muy en especial por la mineralogía y la astronomía particularmente. Durante sus estudios de secundaria se sintió atraído por la química inorgánica y la física nuclear, lo que le condujo en 1950 a la Universidad de Harvard, por la que se licenció en física y química. Como estudiante graduado trabajó en la teoría de partículas elementales y en la teoría cuántica de campos en Harvard en el transcurso de un año, y después en la Universidad de Cambridge (Reino Unido) por un par de años, bajo la dirección de Abdus Salam. Se doctoró en física en Cambridge en 1957. Durante ese tiempo conoció a James Watson, que era ahora popular por sus trabajos sobre el ADN.

En 1957 volvió a Harvard y se casó con la versista Celia Stone, a la que había popular a lo largo de sus años de secundaria. Estuvo un año como estudiante postdoctoral y otro año como ayudante de Julian Schwinger antes de transformarse en instructor ayudante de física. Tras unos años en los que dio varios y diversos tutoriales de física teorética, su interés evolucionó desde las formulaciones matemáticas de física teorética hacia el campo en fase de prueba.

En el verano de 1960 supo, merced a James Watson, en relación al ensayo que se encontraba haciendo François Gros con sus alumnos; a Walter Gilbert le pareció tan atrayente que se incorporó al conjunto a lo largo del periodo estival. Estaban intentando de detectar el ARN mensajero, un ARN de vida corta que es una copia del ADN de un gen y que sirve como transmisor de información desde el genoma a los ribosomas (las «fábricas» de la célula donde se sintetizan las proteínas). Tras ser utilizado múltiples ocasiones para dictar la composición de una proteína, el ARN mensajero se descompone y se recicla para crear novedosas moléculas de ARN.

Los ensayos daban a conocer la presencia de un nuevo ingrediente fugaz que por último fueron capaces de saber con precisión. Esta impresionante experiencia lo motivó para proseguir sus indagaciones en el campo de la biología molecular, si bien tras un año haciendo un trabajo con el ARN mensajero volvió resumidamente a la física. En 1961 publicó su primer trabajo sobre el ARN mensajero en la gaceta Nature. Su último trabajo en física teorética se publicó en 1964, y pasó a transformarse de manera oficial en biofísico (después conseguiría no solo la titularidad en Biofísica, sino más bien asimismo en Bioquímica y Biología Molecular).

Reanudó su tarea estudiosa en biología para estudiar de qué manera se sintetizan las proteínas. Gilbert mostró que solo una molécula de ARN mensajero puede ser útil a varios ribosomas al unísono y que una cadena polipeptídica en desarrollo sigue unida a una molécula de ARN de transferencia. Este último hallazgo dilucidó el mecanismo de la síntesis de proteínas.

Hacia mediados de la década de los sesenta, en conjunto con Benno Müller-Hill, aisló el represor de la lactosa, el primer ejemplo de un factor de control genético. La función de control había sido definida genéticamente por el trabajo de François Jacob y Jacques Monod, pero un represor se fabrica en tan pequeñas proporciones que era una entidad bioquímica asombrosamente elusiva. Este avance le dio un enorme reconocimiento en todo el mundo y la peregrinación de los más destacados alumnos a su laboratorio, que se realizó célebre por su ámbito de camaradería y cordialidad, donde los estudiosos intentaban ofrecer el próximo paso para ir completando el puzzles.

A finales de los años sesenta, en colaboración con David Dressler, inventó el modelo del círculo rodante, que detalla entre las 2 formas en las que se autoduplican las moléculas de ADN. A principios de los setenta aisló el fragmento de ADN donde se enlaza el represor de la lactosa y estudió la interacción de la polimerasa ARN bacteriana y el represor de lactosa con el ADN. A mediados de los setenta desarrolló, adjuntado con Allan Maxman, la rápida secuenciación química del ADN. Al mismo tiempo desarrolló ciertas técnicas de ADN recombinado. A finales de los setenta trabajó con Lydia Villa Komarov y Argiris Efstratiadis en cepas de bacterias que expresaban insulina, un producto de los mamíferos. Luego pasó a interesarse por crear proteínas útiles en bacterias y por la composición y evolución de las secuencias de ADN.

En 1980 recibió el Premio Nobel de Química, que compartió con Frederick Sanger y Paul Berg. La popularidad en todo el mundo le sostuvo bastante tiempo ocupado, visitando laboratorios y también dando charlas. En 1982 abandonó Harvard para regentar Biogen, una compañía de biotecnología con base en Suiza que había ayudado a fundar; una crisis en la compañía lo llevó a renunciar de sus cargos directivos en 1984, tras lo que regresó a Harvard para proseguir su tarea estudiosa.

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Obviamente conocer en profundidad a Walter Gilbert es algo que se reserva a pocas personas, y que tratar de recomponer quién y cómo fue la vida de Walter Gilbert es una especie de rompecabezasque probablemente alcancemos a rehacer si colaboramos todos en conjunto.

A causa de esto, si eres de esas personas que confían en que de modo colaborativo existen posibilidades de elaborar algo mejor, y posees información con respecto a la existencia de Walter Gilbert, o en relación con algún particularidad de su personalidad u obra que no hayamos observado en esta biografía, te solicitamos que nos lo envíes.

Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son decididamente fundamentales, ya que destacan la singularidad, y en la ocasión de la vida de alguien como Walter Gilbert, que tuvo su significación en un momento histórico concreto, es imprescindible procurar ofrecer una visión de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

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