La historia universal la escriben las personas queen el paso de los años, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han ocasionado quela sociedad, de una forma u otra,progrese.
Ya sea inspirando a otras personas o tomando parte de la acción. Vellido Adolfo o Bellido Dolfos es una de las personas cuya vida, realmente, merece nuestra consideración debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la vida de Vellido Adolfo o Bellido Dolfos es comprender más acerca de periodo preciso de la historia del ser humano.
Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la trascendencia que tuvo Vellido Adolfo o Bellido Dolfos en la historia. El modo en que vivió y lo que hizo mientras permaneció en este mundo fue decisivo no sólo para quienes trataron a Vellido Adolfo o Bellido Dolfos, sino que quizá dejó una señal mucho más insondable de lo que podamosimaginar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Vellido Adolfo o Bellido Dolfos de modo personal.Vellido Adolfo o Bellido Dolfos fue una persona que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Comprender lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Vellido Adolfo o Bellido Dolfos, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa sustancial para que seamos capaces de poner en valor no sólo la existencia de Vellido Adolfo o Bellido Dolfos, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Vellido Adolfo o Bellido Dolfos, personas a quienes de un modo u otro Vellido Adolfo o Bellido Dolfos influenció, y por supuesto, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Vellido Adolfo o Bellido Dolfos.
(Siglo XI) Noble leonés. Según las crónicas y cantares de aquel tiempo, más que nada el Cantar de Sancho II de Castilla, este personaje legendario, apasionado de Urraca Fernández, hija de Fernando I, salió de Zamora (asediada por Sancho II y protegida por Urraca), y fingiendo pasarse a las filas del rey español lo asesinó a traición (1072). Perseguido por el Cid, no ha podido ingresar en Zamora por el hecho de que sus pobladores le habían cerrado las puertas, pero logró escapar.
En la biografía de Bellido Dolfos se intercalan historia y historia de historia legendaria, ya que de él se tienen novedades de manera frecuente contradictorias y no bastante fiables por medio de distintas crónicas y cantares de la temporada, como el Cantar de Sancho II de Castilla, recogido en la Crónica Najerense y más tarde consignado en otras crónicas, como la Primera Crónica General. Según la historia de historia legendaria, era apasionado de Urraca de Castilla, hija primogénita de Fernando I de Castilla (1035-1065; en León desde 1037), a la que se había cedido el gobierno de Zamora.
En 1072, mientras que Sancho II se disponía a poner ubicación a Zamora para arrebatarla a su hermana, Bellido salió de la región y, fingiendo desertar, solicitó una entrevista con Sancho para pasarse a las filas de este y enseñarle los sitios mucho más atacables de la muralla. Durante su acercamiento, en un abandono del monarca, lo asesinó por la espalda con el venablo que este llevaba y escapó. A continuación, múltiples caballeros de Sancho, entre ellos el Cid, salieron en su persecución.
Las crónicas, los cantares y distintas documentos de la temporada difieren sobre cuál fue su suerte desde entonces. Algunos escritos cuentan que el Cid no logró ofrecerle alcance y que únicamente logró herir levemente a su caballo; otros, en cambio, aseguran que lo hirió y que fue ajusticiado. Otras fuentes sostienen que se refugió en la localidad, consiguiendo huír de esta manera de sus perseguidores, y que entonces doña Urraca le dejó irse. Incluso hay crónicas que afirman que Diego Ordóñez, primo del rey Sancho, logró vengar su muerte y mandó descuartizarlo vivo.
Por otra parte, ciertos investigadores afirman que se puede seguir la presencia real de Bellido Dolfos; históricamente, vivió bajo el reinado de Alfonso VI (1065-1109; en Castilla desde 1072) y su familia tenía sus feudos al norte de Zamora. En cualquier situación, hablamos de un personaje que pasó a la historia como regicida, que influyó de forma definitiva en la crónica de España al dejar a Castilla sin rey, y que ha continuado en la tradición literaria, principalmente la de los cantares, encarnando la figura del traidor.
Con este carácter pasaría entonces al Romancero. Los romances sobre la traición cuentan que Bellido salió de Zamora, asediada por Sancho II, y prometió al soberano, en lugar de su amistad, que le revelaría un punto desguarnecido de la muralla, a través del que podría de manera fácil traspasar en la localidad; fiado en tal promesa, el rey, sin escolta de ninguna clase, prosiguió a Bellido Dolfos, quien, en el instante oportuno, le dio muerte indignamente y se refugió entonces en Zamora. Testigo lejano de la traición fue el Cid, quien, pese a haberlo intentado, no ha podido lograr al asesino por no llevar calzadas las espuelas, y, según se cuenta, maldecía desde ese momento a los caballeros que, en este planeta de engaño y perfidia, cabalgaran sin ellas. El romance que comienza "Rey don Sancho, rey don Sancho" da cabida, hacia su final, a la voz habitual que acusaba a doña Urraca, señora de la plaza fuerte y hermana del rey ejecutado, como instigadora del delito. El Romancero no nos comunica solamente de Bellido Dolfos, que se desvanece en la obscuridad, excepto su nombre, que continúa proverbialmente en el lenguaje habitual como homónimo de traidor desleal, habitual "malo" entre los individuos literarios españoles.
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