Siegfried Lenz

La historia universal está escrita por aquellos hombres y mujeres quea lo largo de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho quela sociedad, de un modo u otro,avance.

Ya sea inspirando a más seres humanos o siendo parte de la actuación. Siegfried Lenz es uno de esos seres humanos cuya vida, en verdad, merece nuestra atención debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la biografía de Siegfried Lenz es comprender más sobre época determinada de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la importancia que atesoró Siegfried Lenz en la historia. El modo en que vivió y lo que hizo mientras estuvo en el mundo fue decisivo no sólo para quienes trataron a Siegfried Lenz, sino que posiblemente dejó una huella mucho más vasta de lo que logremossospechar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Siegfried Lenz en persona.Siegfried Lenz ha sido una de esas personas que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Apreciar lo bueno y lo malo de las personas significativas como Siegfried Lenz, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es una cosa básica para que seamos capaces de valorar no sólo la vida de Siegfried Lenz, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Siegfried Lenz, aquellas personas a quienes de de una u otra forma Siegfried Lenz influenció, y por supuesto, comprender y entender cómo fue vivir en la época y la sociedad en la que vivió Siegfried Lenz.

Vida y Biografía de Siegfried Lenz

(Lyck, 1926) Escritor alemán. Periodista del períodico Die Welt y integrante del Grupo 47, es creador de una amplia obra que incluye ensayos, cuentos breves, novelas, piezas radiofónicas y de teatro, y entre los prosistas alemanes mucho más representativos del siglo XX, adjuntado con Heinrich Böll y Günter Grass. De entre su amplia y extensa producción, donde desarrolló el tema de la soledad del hombre moderno y sus fracasos, de forma frecuente en el ambiente de la opresión nazi, tienen la posibilidad de citarse Azores en el aire (1951), Duelo con la sombra (1953), ¡Qué precioso era Suleyken! (1955), El barco faro (1960), Conversación urbana (1963), Lección de alemán (1968), Campo de maniobras (1985), El excursionista (1986), El usurpador (1987), La pérdida (1991) y La prueba acústica (1993). De sus eventuales proyectos tráficas resalta El rostro (1963). Escribió asimismo varias radionovelas, entre aquéllas que hay que nombrar Haussuchung (Registro domiciliario, 1967).

Hijo de un aduanero, medró en la zona de los lagos Mazury, paisaje que idealizó mucho más adelante en los veinte cuentos de ¡Qué hermoso era Suleyken! (1955). En su fantasía de exiliado, la Mazuria se transformó en un auténtico mito de la niñez, en una idílica, saludable y trabajadora provincia pequeño burguesa. Fue llamado a filas en 1943, en los últimos meses de Segunda Guerra Mundial, y ha podido ver el hundimiento de la flota alemana en el Báltico. Trastornado por el fusilamiento de un compañero acusado de sedición, abandonó y vivió de la generosidad de los campesinos daneses.

Desde 1945 se instaló en Hamburgo. En sus memorias (Lehmans Erzählungen oder So schön war mein Markt, 1964), relató las vivencias de esos tristes y al tiempo alegres años, en los que se dedicó al contrabando. Más tarde estudió filosofía y cultura inglesa, pero a lo largo de la ocupación británica abandonó los estudios universitarios y su emprendimiento de transformarse en enseñante para ayudar en el diario Die Welt, donde ocupó a lo largo de un par de años el cargo de jefe de redacción de la página literaria. Llegó a ser bien conocido en los entornos intelectuales de la Alemania de la posguerra y formó una parte del Grupo 47, al que asimismo pertenecían relevantes prosistas como Günter Grass, Heinrich Böll o Uwe Johnson, y versistas como Paul Celan y Hans Magnus Enzensberger.

Más tarde emprendió una secuencia de viajes por África, Australia y Estados Unidos, mientras que se dedicaba a impartir un período de charlas sobre la crónica de Alemania en universidades australianas y americanas. En el decenio 1965-1976 apoyó, como Günter Grass, a Willy Brandt en distintas campañas políticas. Explicó sus relaciones con la política en ensayos, entrevistas y, más que nada, en el alegato "Literatur und Politik: Elfenbeinturm und Barikade", pronunciado en la Universidad de Hamburgo en el momento en que le fue concedido el título de doctor honoris causa; en este alegato rechazaba el papel que Lenin daba a los intelectuales y defendía la autonomía de la literatura en relación a cualquier deber partidista.

No obstante, la obra de Siegfried Lenz es "política" en el sentido de que encara los enormes temas planteados por la generación alemana que aparece de la doble experiencia del nazismo y de la guerra. En su cosmos narrativo, el totalitarismo pervive alén del hundimiento histórico del régimen hitleriano, y resurge, bajo la manera aproximadamente solapada del terror, hasta transformarse en una patología endémica de cualquier sistema político. Con un moralismo seguro, prácticamente de estampa vieja, el creador impide producir juicios: cuenta las historias con "algo de compasión, justicia y la dosis precisa de queja", y deja que el lector valore los diferentes hábitos humanos que, por otro lado, solo tienen la posibilidad de finalizar en fracaso, por el hecho de que nacen en el lote insidioso de la culpa individual y colectiva: de esta manera, ya que, absolutamente nadie es inocente.

El creador cree en el valor de la palabra y usa el lenguaje como medio para descubrir la verdad, para interrogarse sobre las causas de la persecución ideológica y sus tráficas secuelas. Ése es el tema de Azores en el aire (1951) y Duelo con la sombra (1953), ámbas novelas que marcaron el comienzo del enorme éxito editorial del creador, de estilo seco y polémico, pero al tiempo con la capacidad de hacer enormes retratos de ámbito que recuerdan secuencias de las películas de Ingmar Bergman.

Tras Pan y circo (1959), obra redactada con apariencia de largo monólogo, recobró en Stadtgespräch (1959) el tema de la compromiso colectiva, al tiempo que en La lección de alemán (1968) compuso un enorme fresco sobre la Alemania nazi en una provincia olvidada en los límites del planeta con un cómputo desolador: las órdenes procedentes del lejano Berlín inoculan en un funcionario de una comisaría de policía el virus de la perversión y de la persecución, y sus víctimas, directas o indirectas, quedan alienadas irremisiblemente.

La acción de Lección de alemán se ubica en 1954 y la cuenta en primera persona Siggi Jepsen, un joven internado en un correccional. El instructor de lengua alemana había solicitado a sus estudiantes una redacción sobre la satisfacción del deber cumplido, y Siggi presentó una hoja en blanco; el directivo del centro interpretó este episodio como un acto de rebeldía, y castigó a Siggi en una celda de aislamiento donde debe efectuar la labor encomendada. En soledad, el jóven redacta la crónica de su historia, que comienza en 1943, en el momento en que acompaña a su padre, agente de policía designado en un pueblecito del norte de Alemania, a casa del pintor Max Ludwig Nansen, para hacerle distribución de un trabajo de las autoridades de Berlín en el que se le comunica la prohibición de proseguir pintando. La misión del padre de Siggi recubre particular dramatismo, puesto que el pintor es amigo de el de la niñez, pero se ve obligado a realizar su deber. Siggi simpatiza con el artista y se transforma en su "cómplice", ayudándole a esconder los cuadros que el régimen nazi puede estimar subversivos.

El fin de la guerra no optimización la situación, puesto que Nansen todavía es sospechoso de subversión, y el agente Jepsen, si bien de manera menos expeditiva que a lo largo de la dictadura hitleriana, sigue observando al pintor. Por su parte, Siggi se impone el deber de velar por su obra, y llega a hurtar en un galería de arte para recobrar unos cuadros, lo que le vale ser detenido. Ésta es la razón de que se encuentre internado en el reformatorio. Por último, es liberado. Siggi fué privado de la independencia por prestar lo que cree un servicio al arte y a un artista perseguido. Su padre, el agente Jepsen, llevó una vida con perfección honorable, de servidor de la ley bajo Hitler y en democracia, cumpliendo siempre y en todo momento con su deber. Aunque la redacción encargada por el instructor de alemán no pone en claro de forma indudable exactamente en qué radica la satisfacción del deber cumplido, ni la labor tuvo el menor efecto catártico sobre Siggi, el concepto de la parábola se desprende por sí mismo. La historia encierra asimismo un alegato a favor de la generación mucho más joven, castigada por los hechos y empujada a los frentes de guerra gracias a la irresponsabilidad de la generación previo, muy respetable en fachada pero que fue la que llevó a Hitler al poder.

Esta novela, para bastantes su mejor obra, fue un enorme éxito de ventas en Alemania y, como otras proyectos suyas, fue llevada al cine. En Das Vorbild (1973), amplió el tema de Lección de alemán, al paso que con Heimatmuseum (1978) volvió a su niñez en la Mazuria y encaró el tema de la patria perdida. Publicó asimismo El tiempo de los inocentes (1960), un polémico drama que abordaba los 2 enormes temas centrales de su narrativa: la culpa y la persecución.

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Es cierto que llegar a comprender a Siegfried Lenz es algo que está reservado a escasas personas, y que tratar de recomponer la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Siegfried Lenz es una especie de rompecabezasque tal vez lleguemos a rehacer si cooperamos conjuntamente.

Por esta razón, si eres de aquellos que creen en que de forma colaborativa existen posibilidades de elaborar algo mejor, y tienes información acerca de la biografía de Siegfried Lenz, o en relación con algún aspecto de su figura u creación que no se contemple en esta biografía, te solicitamos que nos lo envíes.

Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son en todos los casos esenciales, ya que destacan la singularidad, y en el caso de la vida de un ser como Siegfried Lenz, que detentó su relevancia en un momento histórico concreto, es fundamental procurar brindar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.

Sin dudarlo, contacta con nosotros para relatarnos qué conocimientos posees sobre Siegfried Lenz. Estaremos muy contentos de completar esta biografía con más información.