Sancho Ramírez I

La historia universal está escrita por las personas queen el transcurrir de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han ocasionado queel mundo, de un modo u otro,prospere.

Las biografías y las vidas de personas que, como Sancho Ramírez I, atraen nuestro interés, tienen que servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por comprender la biografía de Sancho Ramírez I, el motivo por qué Sancho Ramírez I vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma implacable, la historia.

Vida y Biografía de Sancho Ramírez I

(?, 1043-Huesca, 1094) Rey de Aragón (1063-1094) y de Navarra (1076-1094). Hijo y sustituto de Ramiro I de Aragón, a lo largo de su reinado se ingresó el rito de roma en distintos monasterios bajo su jurisdicción (1071). Asesinado su primo Sancho IV de Navarra, fue reconocido rey en Pamplona (1076) con el nombre de Sancho V. Tomó Ayerbe, Graus (1083) y Monzón (1089), y logró hacerse abonar tributos por el rey musulmán de Huesca (1090). Para detallar relaciones cordiales con Castilla, asistió a Alfonso VI en la guerra de Sagrajas (1086) y en la defensa de Toledo (1090) y, por último, concertó un tratado de asistencia recíproca con el Cid (1092). Completó el cerco de Huesca fortificando Abiego, Labata y Santa Eulalia la Mayor (1092), y en el verano de 1094 dispuso sus ejércitos en frente de la localidad, a lo largo de cuyo asedio murió.

Sancho Ramírez I accedió al trono a la desaparición de su padre, acontecida en el cerco de Graus (Huesca), a lo largo de la campaña que sostuvo en frente de al-Muqtadir de Zaragoza. Su reinado supuso un impulso definitivo al lugar de la Iglesia como referente primordial en el reino aragonés. Así, ahora en 1068 viajó a Roma, donde puso su persona bajo la protección del papa Alejandro II (1061-1073).

En 1071 ingresó el rito de roma, en substitución del mozárabe, en las iglesias del reino, comenzando por los monasterios de San Juan de la Peña (donde asimismo asentó el comienzo de la reforma cluniacense en su reino), San Pedro de Loarre y San Victorián. En 1077 lo implantó en la recién construída diócesis de Jaca (Sancho Ramírez transformó Jaca en capital del reino y le concedió sus fueros), donde consagró a su hermano García como primer obispo, y, para finalizar, en la de Roda (1092). Lo mismo logró en tierras navarras, primero en la sede de Pamplona (1083).

Por último, en 1089, en temporada de Urbano II (1088-1099), infeudó el reino al papado por una proporción de quinientos mancusos cada un año. En contrapartida, el papa le dio varios permisos, entre ellos la potestad de repartir por capellanías o monasterios las rentas de los sitios conquistados al Islam, lo que no fue sino más bien el origen del papel esencial que la Iglesia tendría en la repoblación de los territorios aragoneses de novedosa conquista.

En relación a la pelea en oposición al poder musulmán, a lo largo de su reinado empezó la expansión aragonesa por el valle del Ebro. Así, en todo el valle del Cinca fueron cayendo, consecutivamente, Graus (1083), Secastilla (1084), Monzón (1089), Albalate de Cinca, Estada, Zaidín (1092) y Almenar (1093); en la ribera de Navarra tomó Arguedas (1084) y el Pueyo de Sancho; en la frontera norte de la taifa de Zaragoza fortificó El Castellar, y en frente de Huesca, ha podido tomar las plazas de Alquézar (1069), Ayerbe (1083-1084) y establecerse en Montearagón (1088), para, después, conseguir llenar el cerco de Huesca al fortificar Abiego, Labata y Santa Eulalia la Mayor (1092), forzando al rey musulmán de Huesca a abonar tributos (1090).

En cuanto a sus relaciones con el resto de reinos cristianos peninsulares, al principio de su reinado se vio implicado en la llamada Guerra de los Tres Sanchos (1067), donde tomó partido por su primo, Sancho IV el de Peñalén de Navarra (1054-1076), en el momento en que vio invadidas sus pertenencias en la Rioja por Sancho II de Castilla. Sancho Ramírez I logró vencer al ejército del español a lo largo del asedio de Viana, pero tuvo que retirase frente al ataque sobre la Ribagorza de los musulmanes de Huesca, probablemente concertado con Sancho II.

Ese primer combate no le impidió asistir a la solicitud de asistencia de Alfonso VI de Castilla (1072-1109) y León (1065-1109) para realizar en frente de los almorávides, que se saldó con la derrota de Sagrajas (1086), tal como a la posterior defensa de Toledo (1090), acciones en las que asimismo participó su hijo primogénito, el infante Pedro, futuro Pedro I de Pamplona y Aragón (1094-1104). Así mismo, influido por su hijo y por la opinión de nobles y próceres socios a la Corona sobre la necesidad de tener un aliado de prestigio, en 1092 concertó un tratado de colaboración y defensa recíproca con Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Ya en 1091 había enviado tropas a Valencia, por entonces en posesión del Cid, acosada por los almorávides.

Respecto a Navarra, el homicidio de Sancho IV a manos de sus hermanos Ramón y Ermesinda en Peñalén logró que los derechos dinásticos de sus hijos lícitos, Sancho y García, fueran ignorados, mientras que los instigadores de la conjura se veían obligados a exilarse. De este modo, Sancho Ramírez demandó y consiguió la Corona de Navarra, si bien parte importante del reino (La Rioja, Álava, Vizcaya, el Duranguesado y la parte occidental de Guipúzcoa) fue asimilada por Alfonso VI de Castilla y León.

Todavía en vida asoció a las trabajos del trono a su hijo primogénito, Pedro, habido de su primer matrimonio con una hija del conde de Urgel, Ermengol III el de Barbastro (1038-1066), de nombre indudablemente Isabel, al concederle el gobierno de los condados de Sobrarbe y Ribagorza (1085) y, tras apoderarse la localidad al lado de su padre, asimismo el de Monzón (1090). Así mismo, Pedro asistió con Sancho Ramírez a las campañas que acabaron con la toma de la situación de El Castellar y en la campaña contra Huesca, donde logró cerrar el ubicación al contar con sus ejércitos en torno a sus murallas; a lo largo del asedio, Sancho Ramírez cayó herido mortalmente por una flecha disparada por los defensores de la región. Además de su primogénito y sustituto, Pedro I de Aragón y Pamplona, tuvo otros tres hijos nacidos de un segundo matrimonio contraído con Felicia de Roucy: el infante Fernando, fallecido prematuramente, y los futuros reyes de Aragón Alfonso I el Batallador (1104-1134) y Ramiro II el Monje ( 1134-1137).

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