Pedro Brugada

Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la relevancia que tuvo Pedro Brugada en la historia. Cómo vivió y las cosas que hizo durante el tiempo que estuvo en la tierra fue decisivo no sólo para quienes conocieron a Pedro Brugada, sino que tal vez dejó una huella mucho más insondable de lo que logremosimaginar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Pedro Brugada de forma personal.Pedro Brugada fue uno de esos seres humanos que, por alguna razón, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Vida y Biografía de Pedro Brugada

(Banyoles, Girona, 1952) Cardiólogo español. Pedro Brugada Terradellas nació el 11 de agosto de 1952 en el seno de una familia sin relación con la ciencia médica. Pese a ello, tres de los 4 hijos de Ramon Brugada y Pepita Terradellas (Pedro, el mayor, y sus hermanos Josep y Ramon) cursaron la carrera de medicina en Barcelona y tomarían transcurrido un tiempo un sendero afín, el de la cardiología.

Tras llenar la enseñanza media en Girona, en 1969 se inscribió en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, donde se licenció en 1975. Durante su etapa de estudiante efectuó las prácticas obligatorias en el Hospital Clínico de Barcelona, y al finalizar los estudios superiores logró un puesto de interino en el Hospital de Sant Pau i Santa Tecla, en Tarragona. Un año después logró una plaza en el servicio de emergencias de la Seguridad Social en Barcelona, trabajo que compatibilizó con la especialidad de cardiología y la consiguiente vivienda en el Hospital Clínico.

Brugada, que había decidido que su auténtica vocación era la cardiología, decidió, en 1979, moverse a los Países Bajos como estudioso en la Clínica de Electrofisiología Cardíaca de la Universidad de Limburg (en Maastricht), centro del que llegó a ser enseñante hasta lograr, en 1982, la dirección del Laboratorio de Electrofisiología Clínica, una subespecialidad de la cardiología que se dedica al estudio del sistema eléctrico del corazón, al diagnóstico de sus modificaciones y a su régimen.

El cardiólogo radicó en los Países Bajos a lo largo de 12 años. En 1991 decidió moverse a Bélgica para ser parte del aparato del centro de cardiología del Hospital OLV, en Aalst, sitio en el que efectuó sus indagaciones mucho más esenciales y que le llevaron al hallazgo de la patología cardiológica que la red social científica conoce como Síndrome de Brugada, consistente en un defecto genético que causa paradas cardiacas y arritmias.

El Síndrome de Brugada

A pesar de que se conocen casos de la patología desde 1917, ningún médico había descubierto las causas del enigmático padecimiento hasta 1992, en el momento en que Brugada, al lado de sus hermanos, descubrió un patrón extraño en el electrocardiograma de pacientes que habían sufrido exactamente la misma muerte misteriosa.

«Es una patología horrible y la mucho más mortal que nunca pudiese imaginarse. Se cobra las vidas de hombres saludables y productivos que no tienen iniciativa de que la sufren. En Asia es la segunda causa de muerte de hombres jóvenes tras los accidentes de tráfico. Se han registrado casos en bebés y el único régimen efectivo es la implantación de un desfibrilador», manifestó Brugada en el momento en que se bautizó esta patología.

Experto en la implantación de marcapasos para intentar corregir los inconvenientes cardiacos, explicaba que «los marcapasos o desfibriladores biventriculares tratan de resincronizar la función eléctrica del corazón en los ventrículos izquierdo y derecho cambiando la insuficiencia cardiaca, entre los inconvenientes mucho más esenciales del corazón adjuntado con la fibrilación auricular. Sin embargo, y más allá de que el diagnóstico de la insuficiencia cardiaca es peor que el de un cáncer, pues en el primer caso entendemos que cinco años después media parta de los pacientes están fallecidos, no tenemos una infraestructura bastante para establecer a todos y cada uno de los pacientes que lo precisan».

Una vez revelada la causa de la patología que ocasionaba precisamente el 12 % de muertes súbitas, Brugada y su hermano Josep (que trabajaba en el Hospital Clínico de Barcelona) han recibido el reconocimiento en todo el mundo por el hallazgo y la descripción de esta patología, lo que le abrió las puertas para su ingreso en distintas sociedades científicas y médicas tanto españolas como extranjeras, como la Sociedad Española de Cardiología -de cuyo Comité Científico fue escogido presidente-, la Asociación Americana del Corazón, la Sociedad Europea de Cardiología y la Sociedad Belga de Cardiología, por ejemplo. Por sus estudios sobre las anomalías de la salud cardiovasculares consiguió diferentes mientes honoríficas, como la Orden Andrés Bello de Venezuela, y fue nombrado integrante honorario del Colegio de Físicos de Girona.

Libros y productos

Pedro Brugada ha recogido sus indagaciones en distintos libros. El primero de ellos lo escribió en 1980 adjuntado con múltiples cardiólogos holandeses. Nueve años después, publicó Nuevos tratamientos para las arritmias cardiacas y, por año siguiente, Muerte súbita, editada en Boston (USA), en el que explicaba que «el inconveniente primordial que muestra la desaparición súbita es la contrariedad de escoger a la población bajo riesgo de muerte inmediata y, por ende, el pequeño encontronazo en números absolutos que sobre la población general tiene la utilización del desfibrilador automático».

Brugada tardaría trece años en difundir otro libro, Nuestros electrocardiogramas mucho más estimados, en el que los tres hermanos cardiólogos recogieron una secuencia de pruebas médicas elegidas por su valor enseñante y con el que procuraron llegar a los expertos del corazón y capturar la atención de internistas y médicos de familia.

Desde el primer instante, Brugada compaginó la redacción de sus libros con la publicación de productos en las mucho más reputadas gacetas científicas de su especialidad (como Revista Española de Cardiología, Europace o Circulation, por ejemplo) y con la asistencia a congresos y simposios en los que demandaban su presencia por sus entendimientos sobre las anomalías de la salud coronarias similares con la parada cardiaca.

Si bien no dejaba de ser una anécdota, visto que Brugada interviniese en 2004 al jugador senegalés Khalilou Fadiga, del aparato de fútbol inglés Bolton, para ponerle un marcapasos (como resultado del colapso que padeció en el transcurso de un partido), probaba la importancia en todo el mundo del especialista español. Casado a lo largo de su estancia en los Países Bajos, donde nacieron sus tres hijas, tiene fijada su vivienda frecuente en Bélgica.

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