Manuel Fernández Caballero

La historia de la civilización está escrita por las mujeres y hombres queen el paso de los años, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han originado quela sociedad, de un modo u otro,prospere.

Comprender lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Manuel Fernández Caballero, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo esencial para que podamos apreciar no sólo la existencia de Manuel Fernández Caballero, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Manuel Fernández Caballero, aquellas personas a quienes de de una u otra forma Manuel Fernández Caballero influyó, y por supuesto, conocer y descifrar cómo fue vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Manuel Fernández Caballero.

Las biografías y las vidas de personas que, como Manuel Fernández Caballero, seducen nuestra atención, deben valernos en todo momento como referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Manuel Fernández Caballero, porqué Manuel Fernández Caballero vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Manuel Fernández Caballero

(Murcia, 1835 - Madrid, 1906) Compositor español. Destacado y prolífico creador de zarzuelas, aportó al género mucho más de doscientas piezas, que tienen dentro títulos tan festejados como El dúo de la Africana (1893) y Gigantes y cabezudos (1898).

Fue el menor de dieciocho hermanos; muy niño, perdió a sus progenitores y fue recogido por su cuñado, el violinista Julián Gil, que fue además de esto su primer profesor. Dotado de inusuales y precoces facultades, aprendió el violín y el piano, aparte del flautín, que tocaba ahora a los siete años en una banda de su localidad natal. Cantó como soprano en la capilla de los Padres Agustinos y aprovechó la estancia en Murcia del célebre armonista Indalecio Soriano Fuertes para estudiar composición. Más adelante aprendió el cornetín, el figle y el oboe.

En 1850, esto es en el momento en que contaba quince años, se trasladó a Madrid, donde prosiguió recibiendo enseñanzas de Soriano Fuertes, y asimismo de Hilarión Eslava y Pedro Albéniz. Ingresó en el Conservatorio y consiguió en 1856 el primer premio de composición. Se costeó sus estudios actuando como primer violín en el Teatro Real, de donde pasó a directivo de orquesta del Teatro Variedades y más tarde del Lope de Vega, Circo y Español. En aquella temporada compuso un trabajo de fallecidos y otras piezas de música sagrada y de danza, y amoldó para banda y orquesta piezas de ópera.

En 1853 ganó unas oposiciones para profesor de la Capilla de Santiago de Cuba; pero no ha podido ocupar la plaza por no haber alcanzado la edad que se requería. Llevado de su afición al teatro, logró que Luis Eguilaz le diese el libreto de la zarzuela La vergonzosa en palacio para ponerle música. Casi al tiempo estrenó Tres mamás para una hija, con libreto de Antonio Alverá, obra que firmó con el seudónimo de Florentino Durillo. Siguieron La jardinera, La reina topacio, Un cocinero y El orate de la guardilla.

En 1864 marchó a Cuba como directivo de orquesta de una compañía de zarzuela. La estancia en Cuba de nuestro compositor se extendió por espacio de siete años, aplicados prácticamente completamente a la enseñanza y a ordenar recitales en los que solo tomaban parte sus acólitos. Vuelto a Madrid en 1871, estrenó El primer día feliz, que renovó los triunfos logrados antes de su marcha. En 1884 pasó a Lisboa y de allí a Sudamérica para poner en escena sus zarzuelas, que asimismo en aquellas latitudes alcanzaron los éxitos conseguidos en Madrid.

En 1891 fue escogido integrante de la Real Academia de Bellas Artes de Madrid, pero el bastante trabajo que sobre él pesaba fue robándole el tiempo que precisaba para redactar el reglamentario alegato de entrada. Unas cataratas en los ojos le fueron nublando la visión, hasta el punto de que solamente si ha podido redactar de su puño y letra la música de El dúo de la Africana (1893), cuyo libreto había listo Miguel Echegaray. Ya prácticamente ciego, debió dictar a su hijo Mario El cabo primero (con libreto de Carlos Arniches y Celso Lucio), La viejecita, Gigantes y cabezudos y El señor Joaquín.

Una feliz intervención del doctor Mansilla le devolvió en parte importante la visión y por último ha podido redactar primero, y vocalizar después, el alegato de entrada, que versó sobre Los cantos populares españoles considerados como elemento importante para la capacitación de nuestra nacionalidad musical. En 1903 el gobierno le concedió la Gran Cruz de Alfonso XII, cuyas emblemas le obsequió su localidad natal por suscripción habitual.

En 1904 festejó sus bodas de oro con la música con refulgentes actos conmemorativos que tuvieron sitio en el Teatro de la Zarzuela. Los últimos títulos de su abundante producción de zarzuelas fueron María Luisa y La cacharrera. Músico de expepcionales méritos, que había conocido apoderarse el reconocimiento, al fallecer fue objeto de enormes honras lúgubres.

Colabora para ampliar la biografía de Manuel Fernández Caballero

¿Qué piensas de la biografía de Manuel Fernández Caballero? ¿Has podido leer toda aquella información que suponías que ibas a hallar?

Está claro que conocer profundamente a Manuel Fernández Caballero es algo que está reservado a muy pocas personas, y que tratar de reconstruir la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Manuel Fernández Caballero es una especie de puzzleque con toda probabilidad logremos reconstruir si cooperamos todos en conjunto.

Por esta razón, si eres de esas personas que confían en que de modo colaborativo es posible hacer algo mejor, y conservas información sobre la existencia de Manuel Fernández Caballero, o acerca de algún detalle de su persona u obra que no hayamos observado en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.

Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son siempre determinantes, ya que destacan la singularidad, y en el tema de la vida de un ser como Manuel Fernández Caballero, que tuvo su relevancia en una época concreta, es imprescindible procurar ofrecer una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

Sin titubeos, contacta con nosotros para relatarnos qué conocimientos posees sobre Manuel Fernández Caballero. Estaremos complacidos de ultimar esta biografía con más información.