Léon Jouhaux

La historia de las civilizaciones la narran las mujeres y hombres quea lo largo de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han hecho queel mundo, de un modo u otro,prospere.

Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la relevancia que detentó Léon Jouhaux en la historia. El modo en que vivió y lo que hizo en el tiempo en que estuvo en la tierra fue determinante no sólo para aquellas personas que conocieron a Léon Jouhaux, sino que posiblemente legó una huella mucho más profunda de lo que logremosfigurar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Léon Jouhaux de modo personal.Léon Jouhaux fue un ser humano que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Conocer las luces y las sombras de las personas significativas como Léon Jouhaux, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa básica para que podamos poner en valor no sólo la vida de Léon Jouhaux, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Léon Jouhaux, personas a quienes de de una u otra forma Léon Jouhaux influenció, y por supuesto, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Léon Jouhaux.

Vida y Biografía de Léon Jouhaux

(París, 1879 - id., 1954) Líder histórico del movimiento obrero francés. Apodado "El General", ocupó a lo largo de treinta y ocho años (1909-1947) la secretaría general de la CGT (Confederación General del Trabajo) y en 1951 fue premiado con el Premio Nobel de la Paz por su dedicación a las clases trabajadoras.

Nieto de un combatiente de la Revolución de 1948 y también hijo de un integrante de la Comuna que se estableció en París en 1871 tras la guerra franco-prusiana, Léon Jouhaux medró en un ámbito familiar humilde y muy concienciado con la pelea de clases. En 1880, su padre, un sencillo funcionario parisino, trasladó a la familia a la ciudad de Aubervilliers en pos de un mejor salario como obrero de una factoría de fósforos.

En su novedosa vivienda, el joven Léon cursó la enseñanza principal y tras inscribió en el Liceo Colbert si bien, nueve meses después, debió dejar las clases en el momento en que su padre dejó de cobrar el sueldo por una huelga en la factoría. Durante un año mucho más asistió a la Escuela Diderot pero, al final, abandonó los estudios para ayudar en la maltrecha economía familiar.

Con dieciséis años empezó a trabajar en la factoría de fósforos y prontísimo comenzó a ayudar con las organizaciones sindicales. Después se trasladó a Argelia para cumplir el servicio militar pero debió regresar a la factoría antes de concluirlo pues su padre había perdido la visión tras trabajar a lo largo de años con materiales volátiles. En 1900 participó en un huelga, convocada para protestar por las condiciones de inseguridad en las que operaban los obreros, y fue despedido. No le resultó simple conseguir un nuevo empleo permanente y, a lo largo de cierto tiempo, aceptó empleos temporales en una refinería de azúcar, una planta de fertilizantes y un muelle de carga, mientras que asistía regularmente a clases en la Sorbona y en la Universidad Popular de Aubervilliers.

Con la mediación del sindicato logró que le readmitieran en la fosforera, donde se transformó inmediatamente en un líder obrero respetado y admirado por su talento como orador, su capacidad organizativa y una personalidad incontenible. Con estas características, no tardó en asumir responsabilidades sindicales. En 1906 fue escogido gerente local de su unidad obrera en la Confederación General del Trabajo (CGT), en 1909 fue nombrado tesorero interino y, antes que finalizara el año, fue escogido secretario general de la CGT, cargo en el que se sostendría a lo largo de prácticamente 4 décadas.

Durante su extendida trayectoria adelante del movimiento sindical francés, Jouhaux abandonó gradualmente las situaciones mucho más radicales de sus primeros años y las reemplazó por planteamientos mucho más moderados, si bien en todo el tiempo sostuvo una encomiable congruencia en la defensa de los programas de acción sindical. En 1936, fue entre los firmantes del Acuerdo Matignon que concedía a los trabajadores franceses esenciales novedades laborales, como la día de ocho horas, las vacaciones pagadas y el derecho a la organización y la negociación colectiva.

Preocupado por la crisis de las relaciones de todo el mundo anterior al estallido de la Primera Guerra Mundial, trató de impulsar la unidad de las organizaciones obreras de los diferentes países para trabajar por la paz, si bien en el momento en que reventó el enfrentamiento manifestó su acompañamiento a la situación francesa en la contienda y aceptó ser parte de múltiples comités gubernativos. Entretanto, la CGT desarrolló un extenso programa pacifista en el que se hacía un llamamiento a la restricción armamentística, el arbitraje en todo el mundo, la desaparición de los acuerdos misterios y el respeto por las nacionalidades.

En 1916, Jouhaux presentó en la Conferencia de Leeds un informe que serviría para poner los cimientos de la fundación, tres años después, de la Organización Internacional del Trabajo. Ya en 1919 en la Conferencia de Paz de París, se probó indiscutible su predominación en la elaboración de los principios constituyentes de la OIT, siguiendo las sugerencias del producto XIII del Tratado de Versalles. Desde ese año fundacional, Jouhaux fue escogido gerente de los trabajadores en el cuerpo de Gobierno de la OIT.

Sus responsabilidades en el panorama sindical se extendieron asimismo hacia la Federación Internacional de Asociaciones Sindicales, organismo en el que ocupó la vicepresidencia desde 1919 hasta 1945, en el momento en que la organización se reconstituyó en la Federación Mundial de Asociaciones Sindicales y el movimiento sindical en todo el mundo padeció un considerable cisma por divergencias de carácter político. Jouhaux abandonó la Federación Mundial y, al lado de los líderes sindicales de otros países que asimismo optaron por la escisión, formó la Confederación Internacional de Asociaciones Sindicales Libres, donde aceptó entre las vicepresidencias.

Su actividad en el campo de las relaciones de todo el mundo se concretó además de esto en una intensa tarea como integrante de la delegación francesa en la Sociedad de Naciones (1925-1928), donde participó en la elaboración de bocetos sobre cuestiones de control de armas, y en las Naciones Unidas (1946-1951), donde trabajó por el reconocimiento universal del derecho de libre asociación. En 1949 encabezó el Movimiento Europeo que estableció el Consejo de Europa con el propósito de sentar las bases hacia una futura Europa federada.

La caída de Francia a cargo del Ejército alemán a lo largo de la Segunda Guerra Mundial forzó la disolución de la CGT. Jouhaux se integró entonces en la Resistencia y en el último mes del año de 1941 fue detenido. Permaneció bajo detención domiciliario hasta el momento en que en el mes de abril de 1943 fue enviado al campo de presos de Buchenwald, en Alemania, donde fue liberado en el mes de mayo de 1945. Finalizada la guerra y reconstituida la CGT, recobró la dirección de la organización si bien debió comunicar la secretaría general con el dirigente comunista Benoit Frachon.

Durante su trayectoria sindical, Jouhaux había tratado de sostener la independencia política de la CGT si bien, en ciertos periodos, la Confederación fue la referencia sindical del Partido Comunista. Como a veces precedentes, brotaron diferencias irreconciliables sobre planteamientos tácticos y también ideológicos entre la capacitación política y la sindical y, en 1947, Jouhaux optó por dejar la CGT para fundar, al lado de otros líderes, la CGT-Fuerza Obrera.

Desde la presidencia de la novedosa CGT-FO, abogó claramente por los valores que, desde hace tiempo, habían formado una parte de su deber ideológico: la independencia sindical y su independencia del poder político, el lugar de los Estados Unidos de Europa, la unidad de acción de los trabajadores de todo el planeta y el aumento del rango popular de la clase obrera.

La concepción de sindicalismo al que Jouhaux consagró toda su historia ahora había quedado plasmada en las páginas de "La guerra sindicalista", el órgano de difusión de la CGT editado entre 1911 y 1921, amén de en sus muchas publicaciones y alegatos. En cualquier situación, este ideario sostenido en la independencia, el federalismo y la unidad sindical atrajo de manera rápida nuevos integrantes a la CGT-FO. Desde 1947 hasta su muerte, Jouhaux fue presidente del Consejo Económico Nacional, organismo constituido con el propósito de integrar todas y cada una de las fuerzas productivas en la composición económica de Francia.

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