Gordon Allport

Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la trascendencia que tuvo Gordon Allport en la historia. La forma en que vivió y las cosas que hizo en el tiempo en que permaneció en este mundo fue decisivo no sólo para aquellas personas que trataron a Gordon Allport, sino que a lo mejor legó una huella mucho más insondable de lo que logremosfigurar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Gordon Allport en persona.Gordon Allport ha sido uno de esos seres humanos que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Vida y Biografía de Gordon Allport

(Gordon Willard Allport; Montezuma, Indiana, 1897 - Cambridge, Massachusetts, 1967) Psicólogo y pedagogo estadounidense. Aplicó conceptos y métodos de las sociología a los estudios sicológicos y desarrolló una original teoría de la personalidad, expuesta en proyectos como Personalidad: una interpretación sicológica (1937).

Gordon Allport estudió psicología con Münsterberg y conoció intensamente la psicología en fase de prueba con Langfeld y la epistemología y también historia de la psicología con Holt en Harvard; trabajó en el servicio popular para alumnos extranjeros del departamento de ética popular, y prestó el servicio militar en el Student Army Training Corps, del que se licenció en 1919. En 1921 se doctoró en psicología con una proposición encargada de los aspectos de la personalidad.

Durante los un par de años siguientes radicó en Berlín, Hamburgo y Cambridge, en donde estudió con C. Stumpf, M. Dessoir, Max Wertheimer, Wolfgang Köhler, Y también. Jaensch, H. Werner y William Stern. Regresó a Harvard en 1924, donde dio clases de ética popular, y cooperó con Edwin G. Boring y William McDougall. De 1929 a 1933 enseñó psicología en el Dartmouth College. En 1930, invitado por Boring, regresó a Harvard, en donde continuó hasta el objetivo de su historia.

Allport fomentó el "movimiento interdisciplinario" de la Universidad de Harvard, de donde brotó el departamento de sociología comandado por Talcott Parsons. Durante 48 años formó una parte de la redacción del Journal of Abnormal and Social Psychology, del que fue directivo a lo largo de 12 años. Como responsable de la sección de la American Psychological Association, que se encargaba de los intercambios con el extranjero, logró ayudas específicas para bastantes psicólogos de europa que a lo largo del nazismo se habían visto obligados a dejar Europa y resguardarse en Estados Unidos o en América del Sur.

Su nombre está íntimamente relacionado con el avance de la psicología de la personalidad, que desde 1920 se formó como especialidad sicológica autónoma. En su obra, Gordon Allport pone el acento sobre la singularidad del accionar humano individual, y critica el psicoanálisis de Freud, el conductismo extremista de John B. Watson y B. F. Skinner y las teorías de la personalidad fundamentadas, en parte importante, en la observación del accionar animal. Subraya, además de esto, la congruencia del accionar y la relevancia de los determinantes conscientes.

En Personalidad: una interpretación sicológica (1937) define la personalidad como "la organización activa en el sujeto de esos sistemas psicofísicos que determinan su adaptación al ámbito", resaltando que esta personalidad es diferente en todos y cada sujeto. Ninguno de los modelos teóricos utilizados en el estudio del accionar humano da una base útil para la entendimiento de la personalidad, cuyo estudio solo puede emprenderse desde un criterio empírico. Según Gordon Allport, a la psicología le atañe la definición de los conceptos sobre los que se puede estudiar experimentalmente la personalidad.

Uno de sus conceptos escenciales es el de "aspecto", definido como "sistema neuropsíquico popularizado y centrado, con la capacidad de sugerir varios estímulos funcionalmente equivalentes y de elaborar y regentar formas congruentes de accionar adaptativo y expresivo". El aspecto tiene un carácter mucho más general que la actitud, y no supone valores, esto es, que prescinde de la aceptación o el rechazo de elementos o situaciones. Para entender su teoría es fundamental distinguir entre "aspectos particulares" y "aspectos recurrentes", lo que se debe de tomar en consideración al argumentar el accionar intencional.

En su término de la motivación, resalta la singularidad del sujeto, y considera primordial el principio de "autonomía servible". Las pretensiones o fundamentos que influyen sobre el accionar humano no proceden de forma directa de pretensiones primarias (apetito, sexo), sino son funcionalmente autónomas respecto al sujeto y capaces de reproducirse a sí mismas; esto es, el principio asegura que una actividad o forma de accionar dada puede ser un fin, un fin en sí, si bien de entrada tuviese otras causas. Para él, este principio enseña los proyectos, pretenciones, objetivos y proyectos del "Yo" que no tienen la posibilidad de remontarse a los de la niñez ni comprenderse como reacciones condicionadas.

En su teoría de la motivación y de la personalidad asimismo recubran además de esto extrema relevancia los conceptos de "Sí" y de "Yo", después reemplazados por el de "proprium", definido como aquella una parte de la personalidad que semeja desempeñar un papel íntimo y central para el sujeto. Allport resalta que la psicología precisa adoptar métodos "idiográficos", que dejen el estudio del caso en particular. Por lo tanto, la utilización de las pruebas sicológicas debe conjugarse con maneras de examen directo fundamentadas en el empleo de cuestionarios y la utilización de documentos personales, como memorias, apuntes o cartas.

Entre sus estudios resaltan asimismo los aplicados al análisis del prejuicio, que, según Gordon Allport, puede llegar a tener una connotación conveniente, ya que tiende a reducir toda vez que integrantes de conjuntos distintas están en situación de igualdad frente objetivos recurrentes. En La naturaleza del prejuicio (1954) se encargó de las discriminaciones contra los judíos y los negros americanos, señalando que el racismo es producido por "miedos imaginarios". Tampoco tienen la posibilidad de dejar de recordarse sus estudios aplicados a la religión, que para él representa un aspecto de la personalidad que el sicólogo no puede desatender ni infravalorar (The Individual and his Religion, 1950; Becoming, 1955). Entre sus proyectos tienen que destacarse, al lado de las citadas, Desarrollo y cambio: consideraciones básicas para una psicología y La personalidad: su configuración y avance.

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