Félix María Samaniego

La historia del mundo la cuentan las mujeres y hombres quea lo largo de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado quela sociedad, de un modo u otro,avance.

Apreciar las luces y las sombras de las personas relevantes como Félix María Samaniego, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo fundamental para que podamos poner en valor no sólo la vida de Félix María Samaniego, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Félix María Samaniego, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Félix María Samaniego influenció, y desde luego, conocer y descifrar cómo fue vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Félix María Samaniego.

Las biografías y las vidas de personas que, como Félix María Samaniego, atraen nuestro interés, tienen que valernos siempre como referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Félix María Samaniego, el motivo por el cual Félix María Samaniego vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de Félix María Samaniego

(Laguardia, 1745 - id., 1801) Escritor español, popular por sus Fábulas morales. Junto con Tomás de Iriarte se considera el más destacable de los fabulistas españoles; la beligerante enemistad que aparece entre los dos pasó a la crónica de la literatura.

Correspondiente a una familia noble y rica, después de los primeros estudios (llevados a cabo en la vivienda paterno) fue enviado a cursar derecho a la Universidad de Valladolid, donde continuó un par de años sin llegar a terminar la carrera. En un viaje de exitación a Francia se entusiasmó con los enciclopedistas, y se quedó bastante tiempo en tierra francesa; allí se le contagió la inclinación a la crítica mordaz contra la política y la religión tan agradable a los hombres del siglo, y cierto espíritu libertino y escéptico que le indujo a burlarse de los permisos y a negar, aun, un prominente empleo en la corte que le ofreció el conde de Floridablanca.

A su regreso a España contrajo matrimonio y se estableció en primer lugar en Vergara, donde participó en la Sociedad Patriótica Vascongada, tendente a la difusión de la civilización en los medios populares, y de la que llegó a ser presidente. Las fábulas escritas a fin de que sirviesen de lectura a los estudiantes del Real Seminario Patriótico Vascongado de Vergara son su obra mucho más famosa. En 1781 se han publicado en Valencia los cinco primeros libros con el título de Fábulas en verso español, y en 1784 apareció en Madrid la versión determinante, llamada Fábulas morales y formada por nueve libros con 157 fábulas.

Las fábulas de Samaniego se inspiran en las proyectos de los fabulistas tradicionales Esopo y Fedro, y asimismo del francés La Fontaine y del inglés John Gay; todas y cada una ellas tienen una finalidad didáctica. De estilo bastante simple y métrica diferente, muchas fábulas resaltan por su espontaneidad y felicidad: La lechera, Las ranas que solicitaban rey, El parto de los montes, La cigarra y la hormiga, La codorniz, Las moscas, El asno y el cerdo, La zorra y el pecho o El camello y la pulga.

La publicación de las fábulas de Tomás de Iriarte (que había sido su amigo) un año después que las suyas, con un prólogo en el que confirmaba que eran "las primeras fábulas auténticos en lengua castellana", irritó a Samaniego y desató una rivalidad entre los dos escritores que duraría toda su historia. Samaniego publicó de forma anónima el folleto satírico Observaciones sobre las fábulas literarias auténticos de D. Tomás de Iriarte (1782) y, poco después, una sátira del poema La música, asimismo de Iriarte, que tituló Coplas para tocarse al violín a guisa de tonadilla. Siguieron varios libelos, respondidos con exactamente la misma crueldad por Iriarte. Sin embargo, cierto espíritu volteriano proporcionaba a los asaltos de Samaniego una crueldad mayor.

Con la subida de los Borbones al poder se causó un desarrollo centralizador que entró en pleito con las instituciones forales del País Vasco. Al complicarse la situación, en 1783 Samaniego fue comisionado por la provincia de Álava a fin de que de una forma directa gestionara los inconvenientes provinciales en la Corte, si bien asimismo gestionó otros temas regionales y de la Vascongada. En la ciudad más importante, su actividad literaria fue intensa; asistió a asambleas y tertulias y disfrutó de la amistad de nobles y escritores. Participó en las polémicas teatrales de la temporada defendiendo el teatro neoclásico y la ideología ilustrada. Esta actividad cultural fue mucho más triunfadora que los progresos de las gestiones que le habían solicitado. Tampoco llegó a buen puerto el plan de un Seminario para señoritas, que la Vascongada pretendía entablar en la localidad de Vitoria.

De nuevo en Bilbao, Félix María Samaniego volvió a llevar las bridas de su hacienda, bastante olvidada, y a frecuentar las viejas amistades. En 1792 decidió llevar una vida mucho más apacible y se retiró a su villa natal, Laguardia. Dos hechos rompieron su calma: por una parte, la invasión francesa del año 1793 que dejó malparadas sus pertenencias guipuzcoanas; por otro, ciertas poesías satíricas y licenciosas le valieron el principio de un desarrollo inquisitorial en 1793. El tribunal de Logroño llegó aun a dictaminar la detención del creador. Samaniego evitó peores secuelas merced a la predominación de sus amistades en los altos escenarios.

Las fábulas de Samaniego

Publicadas en 1784, la Fábulas morales recogen un total de 157 creaciones, distribuidas en nueve libros y antecedidas de un prólogo. Fueron compuestas para los estudiantes del Colegio de Vergara, en cuya tarea pedagógica cooperaba. Su intención está en el carácter didáctico de la literatura neoclásica y también ilustrada y respondía a la máxima estética de educar deleitando. Debieron de influir en la decisión del género sus entendimientos de la literatura francesa, de forma especial de La Fontaine, si bien Samaniego no es un mero traductor, sino actualiza la materia clásico desde las fuentes tradicionales (Esopo y Fedro), incrementa los datos explicativos y dramatiza las situaciones con relación a la función didáctica que quiere.

En el avance de las fábulas, Félix María Samaniego prosigue la composición usual, si bien jura proponer precisamente la oposición entre los individuos-animales a través de adjetivos antitéticos, a fin de que de ella se desprenda clara la moraleja. La formulación de la moralidad acostumbra ir en el final de la fábula, como resultado edificante de lo sucedido en el episodio que la antecede. Quizá sea la moraleja, desde la perspectiva de la composición, el aspecto menos logrado en Samaniego, por culpa de su excesiva extensión. Se pide que sea sucinta y corto, de manera que logre quedar grabada con sencillez en la cabeza infantil. Pero Samaniego se pierde con cierta frecuencia en rodeos inútiles, en contraste a La Fontaine, que únicamente insinúa la moraleja.

El género de moralidad de las fábulas no es cristiana, ni siquiera ingenua. Se aplica, siguiendo la tradición, el término naturalista de la ética. Las bases están cercanas a la ideología de Rousseau, pero de todos modos es una ética de supervivencia y de pelea por la vida la que los animales parlantes nos predican. Una ética donde tienen cabida el egoísmo, la venganza, la astucia, la desconfianza... Tampoco debemos olvidar el rico caudal de ideas ilustradas o de estética neoclásica. Otras ocasiones son sencillos principios de convivencia o medites dictadas por la experiencia, de puro valor práctico. Por eso no es extraño que las moralejas estén tan cerca de la filosofía del refrán y que en ocasiones se elaboren con uno, verdaderamente o con ligeras ediciones por imperativos de la rima.

Coherente con sus principios estéticos y los receptores iniciales de la obra, Samaniego hace en sus fábulas un derroche de felicidad y facilidad. La felicidad la logra a partir de viveza y colorismo en la expresión. Las fábulas están esmaltadas, en tanto que no de metáforas, sí de expresiones cálidas y también ingeniosas, construidas sobre un vocablo popular. Juega asimismo con los refranes y los estos populares. Otros aspectos que definen su estilo son la sepa de elementos cultos, la simplicidad del vocabulario y la acumulación de sustantivos y verbos, signos de su dicción breve.

Igual que su opositor Iriarte, Samaniego presta atención a los elementos métricos. Intenta escapar de la monotonía intentando encontrar un género de acomodación importante y alguna musicalidad pegadiza. Utiliza preferentemente la silva, cuyo libre balanceo entre heptasílabos y endecasílabos se amolda con sencillez al ritmo narrativo. Pero esto no es óbice a fin de que hallemos otras estrofas como serventesios, redondillas, endechas, romancillos, décimas... Sin ser revolucionario, Samaniego cumple con decoro su misión de versificador, si bien tienen la posibilidad de encontrarse a veces ripios o defectos rítmicos.

Grosso modo puede aseverarse que Samaniego es el creador de la ética bonachona, del optimismo y de las verdades mediocres; todas y cada una de las virtudes y defectos de la literatura ética y didáctica del siglo XVIII están contenidos en su libro. Samaniego trata los temas de la fabulística clásico de una forma simple, a través de el instrumento de un verso rápido y sonoro, lo que da a su obra un carácter de agilidad que no posee la obra de Iriarte, si bien hay que resaltar que el propósito de los dos autores es diferente. Samaniego las escribió con el objetivo de sugerir ejemplos a los pequeños del Seminario, al tiempo que la intención de Iriarte es proveer una "educación" literaria, reafirmando y defendiendo los principios y reglas del gusto literario neoclásico.

Colabora para ampliar la biografía de Félix María Samaniego

¿Qué piensas de la biografía de Félix María Samaniego? ¿Has encontrado la información que suponías que ibas a encontrar?

Indudablemente llegar a comprender a Félix María Samaniego es algo que se reserva a escasas personas, y que pretender recomponer quién y cómo fue la vida de Félix María Samaniego es una suerte de puzzleque a lo mejor podamos rehacer si contribuimos todos juntos.

Por ese motivo, si eres de esas personas que confían en que de modo colaborativo existen posibilidades de crear algo mejor, y conservas información acerca de la biografía de Félix María Samaniego, o en relación con algún característica de su figura u obra que no hayamos contemplado en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.

Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son en todos los casos importantes, ya que destacan la singularidad, y en el caso de la vida de alguien como Félix María Samaniego, que tuvo su importancia en una época determinada, es vital intentar ofrecer un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

Sin titubeos, contacta con nosotros para relatarnos qué conoces sobre Félix María Samaniego. Estaremos encantados de perfeccionar esta biografía con más información.