Bernhard Bolzano

Ya sea inspirando a otros seres humanos o formando parte de la acción. Bernhard Bolzano es uno de esos seres humanos cuya vida, sin duda alguna, merece nuestro interés por el grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Bernhard Bolzano es comprender más sobre periodo preciso de la historia del género humano.

Las biografías y las vidas de personas que, como Bernhard Bolzano, atraen nuestro interés, tienen que valernos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Bernhard Bolzano, el motivo por qué Bernhard Bolzano vivió de la forma en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Bernhard Bolzano

(Bernhard o Bernard Bolzano; Praga, de hoy República Checa, 1781 - id., 1848) Matemático checo. Tras estudiar teología, filosofía y matemáticas, fue ordenado sacerdote en 1805. Profesor de religión en Praga y matemático aficionado, en 1820 las autoridades le prohibieron ejercer cualquier actividad académica gracias a su posicionamiento crítico respecto a las condiciones sociales actuales en el Imperio Austrohúngaro. Las inquietudes científicas de Bolzano resultaron muy destacadas para su tiempo, preocupado como se encontraba por los argumentos de múltiples ramas de la matemática, a comprender, la teoría de las funcionalidades, la lógica y la noción de cardinal. Tras probar el teorema del valor intermedio, dio el primer ejemplo de una función continua no derivable sobre el grupo de los números reales. En el campo de la lógica, trató la tabla enserio de una proposición y también ingresó la primera definición operativa de deducibilidad. Estudió además, de antemano a Cantor, los conjuntos infinitos.

Su padre era un italiano migrado a Bohemia que, aun amando a esta zona, jamás olvidó su patria; fue a lo largo de varios años cajero del viejo Instituto italiano para huérfanos de Praga y se esmeró por hacer uno nuevo. Bolzano estudió filosofía y matemáticas en la Universidad de Praga y después teología, finalizando por vestir los hábitos sacerdotales. Después de serle conferidas las órdenes consiguió por certamen la cátedra de religión en la Universidad de Praga.

Inició sus ocupaciones enseñantes el 19 de abril de 1805, tras haber conseguido el título de doctor en filosofía, importante para educar en la facultad. Pero sus enseñanzas provocaron críticas y oposición, y Bolzano fue acusado de racionalista y al final le fue contraindicado todo género de enseñanza; se pretendía de él una retractación pública de sus proposición religiosas. A tal fin le fue retirado el permiso de difundir sus trabajos y de confesar a los leales, y se le conminó con la relegación a un convento. Pero él no se doblegó, aseverando que jamás había enseñado herejías de las que tuviese que abjurar.

En los últimos años de su historia atendió a sus estudios y a la composición de sus proyectos esenciales. Desde marzo de 1823 fue protegido y auxiliado por un ex- acólito de el, José Hoffmann, en cuyas pertenencias de Techobuz, cerca de Praga, vivió hasta 1841. Intentó asimismo ingresar una industria en los aledaños de Techobuz, pues no se limitaba a sentir compasión por los pobres, sino deseaba contribuir con su obra a remover o reducir su pobreza. Desde 1841 hasta su muerte vivió en Praga, en la casa del único hermano que le había quedado.

En la primera mitad del siglo XIX, a pesar del predominio del criticismo de Kant y del idealismo absoluto de Hegel, se dieron a conocer otras concepciones filosóficas que, aun apoyándose sobre bases espiritualistas y oponiéndose por este motivo al naturalismo del siglo XVIII, reconocían la objetividad del conocimiento humano, y eran, por ende, maneras de realismo. Entre estas concepciones, la mucho más famosa es la de Johann Friedrich Herbart. Bernard Bolzano, "entre los mucho más enormes lógicos de siempre", a juicio de Husserl, insiste sobre la objetividad de nuestro pensamiento, y está cerca de Herbart en especial por la admiración de la doctrina leibniziana, de la que admitía la monadología, despojándola de las partes menos vitales.

De este modo, mantenía que la extensión no existe solo en nuestra representación, como confirmaba Leibniz; la extensión no es una fachada o fenómeno, un "ens mentale", sino más bien que hay verdaderamente, objetivamente, en sí; creía, además de esto, que las mónadas no carecen, por de este modo decir, de puertas y de ventanas, sino actúan una sobre otra. En su primordial obra filosófica, Doctrina de la ciencia (1837), se ha propuesto Bolzano la fundación de la "lógica pura", cuya esfera es, para él, la del puro meditar. Aunque Bolzano con esta obra se puede estimar el segundo principal creador, tras Leibniz, de la lógica matemática, no llegó no obstante a la completa matematización de su campo y prosiguió relacionado a la lógica cualitativa y metafísica de Aristóteles y Leibniz. El valor histórico de la obra de Bolzano radica más que nada en haber abierto un sendero que va a ser paseo después, a inicios del siglo XX, por la lógica simbólica y por Husserl.

Bolzano tiene asimismo muy grande relevancia en la crónica de la ciencia. Su obra mucho más destacable a este respecto es Paradojas de lo infinito, publicada póstumamente en 1851. Distingue en ella el infinito o infinitesimal en el sentido fijado por Augustin Louis Cauchy de "límite", es decir de excelencia "finita" variable que tiene por límite cero, del genuino infinito, esto es, el infinito de hoy, y probó que, en el momento en que se hace tal distinción y se toman los 2 conceptos indicados en su sentido real, desaparecen todas y cada una de las contradicciones que incrédulos y peripatéticos de siempre han creído hallar. Analizando exactamente distintas características, que a nosotros nos semejan paradójicas, del infinito, efectuó Bolzano un destacable paso en el sendero hacia la teoría de conjuntos, que es el día de hoy la base del cálculo infinitesimal.

En la segunda mitad del siglo XIX, Georg Cantor, tomando exactamente como base las Paradojas de lo infinito de Bolzano, integró los desenlaces de sus indagaciones, probando las increibles características de los conjuntos infinitos, y Richard Dedekind desarrolló la teoría de Cantor. Otras proyectos de Bolzano son Athanasia, oder Gründe für die Unsterblichkeit der Seele (1827), Functionenlehre (1830), Zehlentheorie, Von dem besten Staate y Geometrische Arbeiten, publicadas póstumamente por la Sociedad de Ciencias de Praga. Particularmente esencial es, entre estas, Functionenlehre (1830), donde descubrió la presencia de una función continua carente de derivada en todo punto, anticipándose de este modo a los estudios y a las ideas de Bernhard Riemann y al célebre resultado de Karl Weierstrass, el que edificó un caso de muestra efectivo de función continua carente de derivada en cualquier punto, aseverando con esto la autonomía del análisis y su independencia de la intuición.

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Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son decididamente importantes, ya que destacan la singularidad, y en la ocasión de la vida de un ser como Bernhard Bolzano, que tuvo su trascendencia en un momento histórico concreto, es indispensable tratar de ofrecer una visión de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

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